Cambio de costumbres

Cinco plantas ideales para quienes buscan sumar verde a sus casas, pero tienen poco tiempo

Tengo una nueva costumbre. Empezó hace unas pocas semanas, en medio del pico de la tercera ola de coronavirus (¿por la delta?, ¿por la ómicron?). Aunque si soy sincera no sé si ya le puedo decir costumbre, porque no conozco el tiempo que debe pasar para que algo que se hace se convierta en eso, en hábito. ¿Hay reglas?

De lo que sí estoy segura es de que si aún no lo es quiero que lo sea porque me gusta mucho esto, agarrar la silla plegable que mi novio compró para ir a pescar, abrirla en el balcón, sentarme allí con un libro poco antes del mediodía y leer, entre nuestras plantas, que son pocas pero que cubren el lugar en la medida justa para que yo pueda engañarme y creer que esa parte del mundo es todo el mundo.

Son cosas de este tiempo. Desde hace años defiendo el caos de la ciudad para vivir porque encuentro que no hay otra forma de hacerlo que entre el barullo y el desorden, y sin embargo por estos días hay algo de este verde entre macetas anchas que me convence (que no se entere mi novio, a ver si le vuelven las ganas de alejarse del barrio porteño para que por las mañanas no nos despierten los colectivos, sino los pájaros). Es lindo escuchar a los pájaros cuando leo en el balcón, no es fácil hacerlo, pero a veces, de pronto, por culpa de los semáforos que se alinean para darme el gusto, la avenida sobre la que vivo se calla y yo creo oír las aves, las hojas de los árboles, el calor del sol si sale o el paso de las nubes, ligeras. Es tan lindo que a veces me basta con imaginarlo. En esos días en que me organizo mal o no me da la fuerza o invento excusas y no salgo al aire libre a leer lo pienso miro desde el sillón el balcón de casa y me veo sentada en la silla plegable, azul con bordes negros, y listo.

Desde allí la planta que más disfruto mirar es la tradescantia, una especie de yuyo ancho pero delgado y largo de hojas espesas de un lado verdes y del otro violetas, aunque a mí no me gusta el violeta. Pero en esta planta es otra cosa, parece un milagro. O un tajo a lo posible.

El...

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