Cambiemos va a terapia para superar la crisis

Dicen que las crisis de parejas están motivadas no tanto por lo que se dicen sus integrantes, sino por lo que no se dicen, lo que malinterpretan y lo que dan por sobreentendido. Es lo que le pasa a después del fin de semana del no cambio de gabinete. Es lo que reconocen ahora varios de sus miembros que intentan el desafío de recomponer una relación un poco más frágil y agrietada, justo cuando buscaban y necesitaban lo contrario.Los esfuerzos y gestos hechos desde el martes pasado por los principales referentes de la alianza para restaurar una nueva paz interna lograron volver a poner a casi todos en el mismo barco nuevamente, pero no terminaron con los recelos y el malestar que persisten, aun entre miembros de cada una de las tres fracciones de Cambiemos. Incluso dentro del macrismo puro y originario.La disección del desencuentro muestra una dinámica curiosa. El malestar fue tomando forma con el correr de los días. No se corporizó en la noche del domingo de la semana pasada, cuando los desacuerdos concluyeron con las mismas caras de antes (solo algunas menos) rodeando a y con la calesita de grandes nombres abandonada fuera de la Casa Rosada, después de haber girado impúdicamente casi 48 horas.El lunes alumbraron los recelos, las versiones interesadas de lo que había pasado y de lo que no había sucedido. Un gabinete adelgazado, con ministros con sello de reemplazables y exministros degradados, no fue el único resultado y ni siquiera lo más importante que debe recomponer el Gobierno.Cuando aún no habían cesado los primeros ecos de los anuncios y mientras arreciaban las críticas, sobre todo, de buena parte del macrismo al radicalismo, dedicó varias llamadas a apaciguar los ánimos. Ya demasiado se había roto y en nada había contrariado, de verdad, a Macri la ausencia de nuevos nombres a su lado como para no tratar de cerrar el nuevo frente. Peña, que al final es casi el único que cuenta para el Presidente, había sido confirmado y reempoderado, aunque ahora adopte un perfil más bajo.Gran parte de las dudas que dispararon la desconfianza de los mercados, que hizo temblar a la gestión de Macri, se centraban en la sustentabilidad política de su gobierno. Para ellos, los problemas de la Argentina no se reducen a las variables financieras o económicas.La incertidumbre del poder económico internacional y local radica en el vigor y la capacidad de la administración macrista para afrontar un escenario económico y social más complicado aún que el que...

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