Al calor del poder: la expansión de Cristóbal López en energía y medios

es, con Lázaro Báez, el empresario que más agradecido debe estar por la década ganada. Sin embargo, si se comparan las y los negocios adquiridos, se advierte que es sólo una maqueta de Cristóbal.

La incalculable masa de recursos obtenidos por López en el campo de las apuestas aceleró su desarrollo en otras actividades. Sobre todo, la energía, a la que estuvo ligado en sus orígenes como proveedor de servicios de . Si bien el petróleo es un rubro muy distinto a las tragamonedas, el modelo es siempre el mismo: los Kirchner pusieron a disposición de su amigo zonas completas del Estado, para que él incrementara su riqueza a base de decretos. Cristóbal condensa en su carrera un modo de entender los negocios, la relación de lo público con lo privado, el financiamiento de la política y el enriquecimiento de los líderes políticos, que ha teñido los últimos 12 años de la vida pública argentina.

Los servicios incondicionales que brindó Roberto López, en Lotería Nacional, fueron prestados en Enarsa por Exequiel Espinosa. Cuando lo designó al frente de la nueva empresa estatal, Espinosa seguía figurando como empleado de Cristóbal en la empresa de servicios petroleros Oil MyS. Por culpa de esta superposición López no pudo competir por un negocio estratégico: la administración de la base de datos del subsuelo, que el Estado kirchnerista delegaría en un privado.

Enarsa licitó en 2007 la elaboración de esa plataforma de información, decisiva para la industria energética. La ganadora fue Registros Mineros Argentinos SA. Fue casi una sorpresa saber que esa sociedad estaba formada por empleados de López: Carlos Leone, Raúl Zamora, Osvaldo De Souza, Marcelo Fiordelli, Alfredo Suárez del Solar y Mauro Sánchez. Casi todos eran compañeros de trabajo de Espinosa. Muchos fijaron domicilio en las oficinas de Oil MyS. Había ganado López.

Gracias a este concurso para administrar la base de datos del subsuelo, los Kirchner transfirieron a Cristóbal, que es un empresario petrolero, una información que le daba ventajas inapreciables frente a sus competidores. Además, le pagaron 2 millones de dólares por comenzar a organizar la información, 195.000 dólares mensuales por auditorías y otros 360.000 por procesamiento de contenidos. El matrimonio no había descubierto todavía el concepto de "soberanía energética", que comenzó a imponerse en 2012, con la .

Para la época en que ponía en manos de Cristóbal esa herramienta privilegiada, Kirchner forzaba a Repsol a ceder a otro amigo, el famoso "experto en mercados regulados" Enrique...

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