Calificaciones, que todavía deben un recuperatorio

BELO HORIZONTE.- Sólo los nombres propios les dan sentido a los sistemas. Y si el funcionamiento de la selección cruje, la explicación que aparece más a mano son los engranajes desaceitados. Las individualidades de la Argentina están todavía en deuda. Las victorias tranquilizaron y tapizaron de certezas estadísticas el camino hacia los octavos de final, donde Suiza espera el próximo martes. Pero los sucesivos triunfos ante Bosnia, Irán y Nigeria repartieron notas muy bajas entre el alumnado futbolístico. Muy pocos aprobados, varios en observación y demasiados obligados a rendir recuperatorios para sostener la carrera.Con el abanderado Lionel Messi, la Argentina obtuvo la clasificación. Pero faltan escoltas, compañeros iluminados que ayuden a la Pulga a redactar un manual colectivo atractivo para encarar el tramo decisivo del Mundial, en el que los partidos serán a todo o nada. A lo sumo podrá cambiar uno o dos nombres de acuerdo con el escenario que le plantean las lesiones y el estado físico de los jugadores, pero el entrenador sueña con afianzar una identidad de juego que abandone tanta inestabilidad. El salto de calidad individual se impone urgente para sostener la estructura. Que después de 270 minutos apenas tres futbolistas hayan alcanzado la aprobación de acuerdo con las calificaciones de LA NACION -Messi, el arquero Sergio Romero y el indómito Ezequiel Lavezzi, que sólo actuó 66 minutos- es un rotundo síntoma de jerarquía en fuga.Detenerse en los jugadores utilizados hasta ahora por Alejandro Sabella entrega una fotografía borrosa y fuera de foco. Ahí aparece un seleccionado que lideró con holgura su grupo, con un puntaje ideal que nada entiende de perfección si se trata de estilo y rendimiento. Las próximas instantáneas tendrán que ser nítidas para soñar con un verdadero álbum para el recuerdo. Mucho más cuando los próximos exámenes serán a todo o nada.En deudaFederico Fernández270 minutosPromedio: 3,66El rendimiento más pobre de la selección en la etapa de grupos. Las limitaciones técnicas en el manejo de la pelota se combinaron con desatenciones conceptuales que hicieron de su espalda una zona vulnerable. Aprovechó su altura para imponerse en el juego aéreo ofensivo, pero nunca les dio destino a los cabezazos. El ingreso de Martín Demichelis por él es un rumor que nunca se desactiva desde que el central de Manchester City, sorpresivamente, volvió a la selección, pero es verdad que Sabella lo respaldó una y otra vez al zaguero de Tres Algarrobos...

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