Caen las máscaras chavistas

Después de lograr venderse por América latina, Europa y el resto del mundo como un movimiento revolucionario que renovaría a la alicaída izquierda, el chavismo ha venido desprestigiándose a marcha acelerada hasta terminar hoy convertido en una suerte de peste peligrosísima de la que muchos se alejan por temor al contagio.

La Venezuela desesperanzada que creyó a fe ciega en un militar de escasa formación hoy lamenta haber sido engañada por un hábil comandante especializado en el arte de la demagogia, que tuvo la suerte de contar con una inesperada bonanza petrolera.

Cualquier idea seria o iniciativa sensata (que las hubo y no hay por qué negarlas) terminaba convertida en una ensalada de iniciativas inconexas.

En la misma medida en que a esa ensalada se le agregaban nuevos ingredientes, en esa misma medida se volvía no sólo más costosa, sino...

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