Cada vez más impuestos: la presión fiscal crece en la Argentina y podría marcar un nuevo récord este año

No importa cómo se ilustre, la tendencia siempre va hacia arriba. Si se hace una curva para mostrar la cantidad de impuestos que se cobran en el país, pues ese gráfico tendrá una trayectoria ascendente . Si, en cambio, se hace un listado, pues se sumarán filas y filas para detallar conceptos nuevos e incrementos; 16 para ser más exactos. Y no solo eso, también deberían modificarse datos y, mal que le pese al contribuyente, reemplazar números más pequeños por otros más grandes en el casillero donde dice porcentaje.

La presión fiscal argentina, siempre, claro está, sobre el sector formal de la economía, volvió a tomar impulso desde que asumió el presidente Alberto Fernández . Desde aquel impuesto PAIS, que se aplica a la compra de divisas extranjeras, así como también a todas las compras con tarjeta que se pagan en dólares, la Argentina inició una etapa de suba de impuestos inédita .

De acuerdo a las proyecciones de las consultoras privadas, es posible que el año termine con una tasa de impuestos sobre el total de la economía que será récord histórico .

Los datos son contundentes. En 2015, Cristina Kirchner dejó el poder con una presión fiscal de 31,5% del producto bruto interno, según datos oficiales del Ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán. Es el número más alto que se registra y el que sería superado cuando llegue el 31 de diciembre próximo.

Luego vinieron los cuatro años de Mauricio Macri y ese indicador cayó a 28,7% del PBI. Alberto Fernández, en poco más de un año, desanduvo prácticamente toda la caída y llevó, por ahora, la presión fiscal a 30,5% . Y con tendencia ascendente.

El impuesto a la riqueza y la interrupción de la baja de los tributos provinciales son preponderantes para que se anote el récord.

De cualquier manera, más allá de todo, no debería haber sorpresas. El Presidente y su Vice fueron sinceros en eso durante la campaña. Siempre dijeron que aumentarían los impuestos; de hecho, creen en la suba y descreen que los contribuyentes paguen demasiados tributos. Vale preguntarse a esta altura de la nota: ¿hay posibilidades de que se pueda apreciar alguna baja en el corto tiempo? Y la respuesta es terminante: no.

Acá podría argumentarse largo, pero en principio esa situación se da por dos cosas. La primera, por ideología. Como se dijo, no consideran que haya un ahogo impositivo. L a segunda, por necesidad. La política de expansión del gasto y la falta de ajuste en las cuentas públicas genera la necesidad de caja cada vez más importante.

Pero sería incompleto el análisis si no se toman en cuenta dos situaciones más que conviven por estos días con el aumento de los impuestos. Por un lado, no solo se suspendieron los compromisos de baja de los impuestos provinciales a los que los gobernadores se habían comprometido en 2017, sino que se han liberado. Varios de ellos se frotan las manos y ya empezaron con la suba del impuesto que más les gusta: Ingresos Brutos.

Por otro lado, la distorsión que provoca la inflación. El aumento de precios generalizados suele jugar siempre para el mismo bando, donde se ubica el recaudador . Muchas veces se toman como ganancias los cambios de...

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