Cada vez más la batalla es por el tiempo y la atención

Cada vez más la batalla es por el tiempo y la atención

Al presentar los resultados del primer trimestre de 2017, en abril de ese año, Reed Hastings, CEO de Netflix, que para entonces ya tenía más de 100 millones de abonados, dijo que su principal competidor no es ni Amazon ni HBO. Es el sueño. Para las aerolíneas low cost, su mercado potencial no es, como muchos piensan, el del viaje en ómnibus, sino, como ellos señalan, uno mucho más amplio: las personas sentadas en el sillón mirando la TV. Google afirma que la vida ya no se mide en años, días ni horas, sino en momentos.

Los comerciales de YouTube se pueden saltear solo luego de 5 segundos. Ese es el precio que los consumidores están dispuestos a pagar por acceder a sus contenidos. Parecería trivial. Sin embargo, esos 5 segundos hoy son muy demandados. Las marcas pagan por ellos.

¿Qué indican todas estas evidencias? Que ahora todos compiten con todos por los dos bienes más escasos, y por lo tanto más valiosos, de esta era de sobreestimulación: el tiempo y la atención.

En su libro 24/7, el capitalismo tardío y el fin del sueño, publicado en 2013, Jonathan Crary se había anticipado a lo que hoy estamos viendo. "Se nos avisa que el próximo paso, aunque parezca inconcebible, es acceder al sueño, ese tiempo ambiguo que hasta ahora había resistido todo tipo de intromisión. Se diría que eso es imposible, pero tal vez esa sea la ambición". Dos años antes, Eddie Morra, el escritor perdedor y bloqueado que interpretó Bradley Cooper en lo que para entonces era una película de ciencia ficción, lograba vencer al sueño y en simultáneo expandir "sin límites" -tal el nombre del film- sus capacidades cognitivas gracias a una mágica píldora. Sustancia que, obviamente, tendría luego efectos colaterales desastrosos.

Como sucede siempre que en apariencia todo cambia, es necesario distinguir aquello que realmente cambia de lo que permanece inmutable.

A pesar del desarrollo exponencial de la tecnología, las personas siguen siendo personas, no robots. Al menos por ahora. Interpretar correctamente las motivaciones profundas de la condición humana continúa siendo imprescindible para distinguir lo relevante de lo anecdótico. Lo que sí constituye un cambio de fondo es que, frente a tanto estímulo, son las capacidades humanas las que están siendo llevadas al límite.

En El aroma del tiempo, Byung Chul-Han, ese joven pensador coreano cuyas ideas son tan provocadoras como las de la serie Black Mirror , plantea que ya ni...

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