Un cachetazo para El Ciclón

Un dominador, es cierto, pero sin profundidad, sin la justeza en el remate final. La creación, sin conclusión, se parece a una película sin final. Pura impotencia. Belgrano era un espectador que, cada tanto, buscó tomar el balón y aferrarse a esa situación casi como si se tratase de la vida misma. Hasta que la tomó Mansanelli, un intrépido que avanzó con la pelota, sin marca durante varios metros. Siguió. Sobre todo, porque levantar la cabeza habría sido un despropósito: debía de haber medio jugador de Belgrano entrando en el área. Levantó la cabeza y probó: una posibilidad que suelen desestimar la mayoría de los jugadores domésticos. Patear al arco desde lejos. El disparo fue zigzagueante, sorprendió a todos; también a Migliore: pique y gol. Sorpresa en un colorido Nuevo Gasómetro, que vio cómo un tanto cambiaría el contexto de un partido. Casi en forma global.Porque antes, aun con falencias, expuso el lógico protagonismo. Aunque sus mejores hombres se mostraron erráticos y sólo surgió el pibe Bazán por el sector izquierdo. Pero el Ciclón tenía el control psicológico. Eso sí: sufrió mucho los esporádicos avances cordobeses, porque le cuesta jugar con una línea de tres defensores.Se notó, sobre todo, en los minutos finales, cuando el Ciclón atacó con mayor determinación, liderado por el ingreso de Pipi Romagnoli (víctima de sus recurrentes lesiones, no jugaba desde el 28 de mayo, en el empate 1-1 contra Arsenal), aunque dejó espacios para el contraataque cordobés. Fue un desarrollo más emotivo.Más adelante, el Turco Asad apostó a...