Búsqueda de dólares y ajuste fiscal: cómo fue el primer mes de Massa al frente de Economía

Sergio Massa, el día en que anunció los lineamientos de su gestión en el Ministerio de Economía

Un mes se cumple desde que se supo que Sergio Massa quedaría al frente del Ministerio de Economía. El ingreso del abogado al gabinete nacional, que se concretó el 3 de agosto, generó un reacomodamiento político en el Gobierno. La movida disminuyó el rol del Presidente, silenció por el momento a las voces más críticas del kirchnerismo duro (hasta ocurrió que el economista Gabriel Rubinstein, hipercrítico de la vicepresidenta Cristina Kirchner, asumió como viceministro) y habilitó un giro hacia la ortodoxia en términos económicos, con ejes en el frente fiscal, las tarifas y un intento de acercamiento al campo. Sin medidas ni planes concretos, el exintendente de Tigre consiguió tiempo al desinflar en parte la tensión cambiaria, pero enfrenta con urgencia el desafío de conseguir divisas.

El "orden fiscal" es uno de los cuatro principios que, según dijo Massa, apuntalarán su gestión. Ni bien asumió, ratificó la intención de cumplir con la meta de déficit primario del 2,5% del PBI que había firmado el exministro Martín Guzmán en el programa con el FMI, aunque en la cartera de Economía reconocían por lo bajo que alcanzar ese objetivo era algo desafiante. Considerando la evolución de los gastos y de los ingresos en el primer semestre, se estimaba un desvío de 0,7 puntos porcentuales de esa meta. Mientras tanto, en su último staff report y a la hora de evaluar los compromisos del primer trimestre, el FMI advirtió sobre el incremento del nivel de erogaciones y pidió una "significativa repriorización del gasto y un endurecimiento de las políticas fiscales en la segunda mitad del año". En concreto, tras un incremento del gasto del 12,8% en el primer semestre, el organismo planteó que el país debería concretar un ajuste tal que permita cerrar la segunda mitad del año con un recorte del 7,8% en términos reales.

Massa desembarcó en Economía, entre anuncios y promesas, tras un breve paso de Silvina Batakis, cuya gestión arrojó números contundentes de freno del gasto. En julio, según el análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), hubo un rojo primario devengado (resultado entre ingresos y gastos, sin contar intereses de la deuda) de $46.188 millones, con una caída real del gasto del 5,4%. Fue el primer mes del año que cerró con ajustes en rubros sensibles, como las transferencias a provincias (31,6%), los subsidios al transporte (35,5% en ese...

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