En busca del gran público

En 1609, cuando la literatura española alcanzaba el cenit del denominado Siglo de Oro, Lope de Vega pronunciaba -en verso- su discurso de ingreso en la Real Academia Española. A rte nuevo de hacer comedias en nuestro tiempo se convirtió en un clásico en el que el autor proponía una suerte de fórmula infalible para que los dramaturgos contemporáneos escribieran sus piezas "al estilo del vulgo". Lope se explaya sobre la necesidad de consolidar un teatro nacional de excelencia, que supere al de la Antigua Grecia y Roma. Poco después, escribirá Fuenteovejuna , una de las obras más populares de todos los tiempos.Desde las fiestas dionisíacas, que dieron origen al teatro, hasta la actualidad, siempre cada época y cultura se han preocupado por llegar a grandes audiencias con textos nacionales, es decir, con obras escritas por autores que pertenecieran a la misma cultura que sus espectadores. No es un gesto de patriotismo bobo, sino que se encuentra en la esencia misma del teatro; aquella que propone Aristóteles en su Poética , cuando se refiere al teatro como disciplina superadora de la historia: la primera alude a la narración de los hechos de carácter universal; la segunda, a eventos particulares. Esta preocupación cobra especial relieve en el presente entre los realizadores argentinos: en los teatros comerciales existe una vasta presencia de textos extranjeros en detrimento de piezas de autores nacionales.Es llamativo que una cultura que se ufana de su teatro, e incluso de la evolución de la dramaturgia como carrera universitaria, no jerarquice a sus autores. Pocas expresiones como el teatro ofician como embajadores de la cultura argentina de manera tan notable. Buenos Aires es la mayor plaza teatral de Hispanoamérica -por la calidad de sus espectáculos y el número de salas- y sus artistas tienen una presencia notable en los escenarios del mundo: desde Elena Roger en Broadway hasta Gerónimo Rauch en el West End londinense y Silvia Luchetti en Madrid. Pero, salvo en algunos casos, la literatura dramática argentina que se escribe en estos días es desconocida por el gran público. Algunas excepciones son Volvió una noche , de Eduardo Rovner, una pieza que batió todos los récords de permanencia en Europa del Este (en cartel desde hace una década en Praga) o Made in Lanús , de Nelly Fernández Tiscornia.Están quienes argumentan, con alguna razón, que en la actualidad quienes conquistan el border e au son figuras que han tenido un paso muy visible por la...

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