'Para mí son buenos chicos'. El 'sospechoso número 11? ubicó a dos imputados junto a Fernando Báez Sosa, pero no los complicó

Tomás Italo Colazo, amigo de los imputados y quien fue señalado como "sospechoso número 11" por el abogado Fernando Burlando

Tomás Italo Colazo era menor, pero había salido con todo el grupo de amigos de Zárate que estaban de vacaciones en Villa Gesell en la segunda quincena de enero de 2020. Él estuvo dentro del estrecho radio geográfico en el que se produjo el ataque que se cobró la vida de Fernando Báez Sosa. Durante la instrucción del caso, la querella lo consideró "el sospechoso número 11″ del crimen.

Hoy declaró como testigo. Bajo juramente de decir verdad, afirmó que había visto a Máximo Thomsen y a Ciro Pertossi "cerca" de la víctima, cuando ya estaba tirada en el piso, inmóvil, tras una "pelea". No pudo precisar quién o quiénes le habían pegado a Fernando hasta la muerte.

Colazo, que ahora tiene 19 años, declaró esta tarde ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Dolores. En su testimonio señaló que al ver a la víctima caída le puso "el brazo a Máximo en el pecho" y lo tiró "para atrás", con "la intención de que no se peleen más".

No dio más detalles de lo que sucedió frente al boliche Le Brique. Pero cuando el abogado de la querella, Fernando Burlando, le preguntó qué concepto tenía de sus amigos, Colazo dijo "No lo puedo definir por esta situación". Y ante la insistencia del letrado -"¿Por qué no puede?", inquirió-, le respondió: "Para mí son buenos chicos...

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