Bud Collins: el dueño de las palabras en el tenis

¡Esos pantalones! Sí, podría decirse que dañaban la vista, pero detrás del fulgor de esas combinaciones imposibles -naranjas con pintitas verdes, rojos con flores azules, rosas con turquesa?- había un periodista tan pasional como riguroso, además de una persona a la que nunca se le subió el estrellato a la cabeza. Y eso que acumuló razones de sobra para mirar a casi todos desde arriba? Pero Bud Collins, que murió ayer a los 86 años en Brookline, Massachusetts, tras más de medio siglo especializado en la cobertura del tenis, no era así. Rostro jovial, mirada inquisidora, trabajador incansable, Collins se esforzaba en las salas de prensa de todo el mundo por saludar por su nombre de pila a quién se le cruzara. Y como Novak Djokovic, intentaba hacerlo en el idioma del ocasional interlocutor. No siempre tenía éxito, aunque siempre contaba con el apoyo de Anita, su esposa, inseparable en esos últimos años en los que la salud le dio la espalda. La primera columna de Collins en el Boston Globe, una de las cabeceras legendarias del periodismo estadounidense por entonces, se publicó en 1963, y siguió allí por décadas. Lo que sin embargo convirtió a Collins en especial fue su capacidad para dar el salto a...