Brasil y América Latina: Lula da Silva vuelve dispuesto a liderar la 'Patria Grande', pero otros dos presidentes compiten por ese lugar

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a la derecha, posa para una foto con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, después de que jurara como nuevo presidente en el Palacio de Planalto en Brasilia

BOGOTÁ.- Luiz Inácio Lula da Silva retorna al Palacio de la Alvorada dispuesto a situarse al frente de la Patria Grande , alegoría política que reúne a líderes y dirigentes de las corrientes izquierdistas, revolucionarias y populistas de América Latina. Todos ellos celebraron ayer por lo grande el regreso del líder brasileño al primer plano mundial, que sucede en la cresta de la segunda oleada rosa: en plena hegemonía de la izquierda dos décadas después de la primera que protagonizaron el propio Lula junto a Hugo Chávez y a Néstor Kirchner.

"Retomaremos la integración", avisó Lula, que citó al Mercosur y a la Unasur, además de "otras instancias soberanas", en su deseo de no dejar de lado su proyección internacional, amplificada por la presencia de sus invitados. Analistas consultados por LA NACION coinciden en que para el mandatario brasileño es fundamental comenzar la reconstrucción en su propio país, como dejó bien claro ayer con su ambicioso programa de pactos democráticos, tanto políticos como sociales, así como los derechos de las mujeres, el respeto al medio ambiente y a la diversidad y la innovación tecnológica.

Pero en América, tierra de volcanes y huracanes políticos, dos meses es un tiempo suficiente para el movimiento de las piezas sobre el tablero geostratégico. De hecho, las circunstancias han cambiado desde el ajustadísimo triunfo electoral de octubre. El fracasado autogolpe de Estado en Perú y el respaldo a Pedro Castillo que mantienen contra toda lógica democrática el mexicano Andrés Manuel López Obrador y el colombiano Gustavo Petro , aunado a otras iniciativas, como la apuesta contundente por la Amazonia del antiguo guerrillero, confirman lo que observadores políticos de sus propios países barruntaban desde hace meses: ambos mandatarios también desean el trono izquierdista de las Américas . O, como mínimo, disfrutar de una especie de triunvirato parecido al vivido durante la primera oleada izquierdista de este siglo.

Petro estuvo presente en Brasilia, no así López Obrador, que envió a su mujer para representarlo. Tampoco compareció Dina Boluarte, la presidenta peruana que no es reconocida por Bogotá ni Ciudad de México, pero sí por la nueva administración brasileña, que invitó a la sucesora de Castillo al primer gran acto...

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