Boudou arrojó una bomba a Cristina

Amado Boudou, un vicepresidente audaz, acaba de arrojar una "bomba" que puede explotarle en la cara al Gobierno, en general, y en la figura de la Presidenta, en particular. Es evidente que lo hace para evitar ser investigado con rigurosidad y, eventualmente, condenado. Sin embargo, los alcances de su embate no solamente afectan al juez Daniel Rafecas, uno de los más respetados del fuero federal. Además impactan en la propia Cristina Fernández porque, al acusar al ahora ex procurador Esteban Righi de manejar en las sombras un poderoso estudio jurídico que le habría ofrecido a Boudou garantías de impunidad, está sugiriendo, por elevación, que sus integrantes fueron efectivos para operar sobre las causas que se le abrieron a Néstor Kirchner y a ella misma por enriquecimiento ilícito.Manuel Garrido, el laborioso ex fiscal de Investigaciones Administrativas que se alejó del cargo precisamente porque Righi le recortó facultades después de que impulsara la pesquisa para determinar si el ex presidente se había enriquecido de manera ilegítima, acaba de plantear dos razonamientos impecables. Uno: afirma que Boudou tiene razón cuando sostiene que el estudio de la esposa y el hijo de Righi hacen un lobby poco decoroso, porque él mismo lo sufrió en carne propia. Y dos: dice que el problema es que el vicepresidente, con la aparente anuencia de la Presidenta, no denunció al procurador general por eso, sino por no controlar y maniatar las acciones de su subordinado, el fiscal Carlos Rívolo, otro profesional que investiga con seriedad y que suele acumular pruebas incontrastables cuando piensa que el delito existe. Al margen de esto, por la importancia política de la figura involucrada, la renuncia del ex ministro del Interior de Héctor Cámpora abre una seria crisis en el Gobierno, de consecuencias todavía impredecibles.El otro disparo de Boudou que le puede salir por la culata es la insistencia en involucrar al grupo Boldt como el gran instigador que lo quiso coimear para desplazar a la ex Ciccone y quedarse con el negocio de la impresión de papel moneda. Primero, porque sin decirlo, el ex ministro de Economía aparece, una vez más, como un lobbista no declarado de la ex Ciccone, lo que hace más sospechosa la singular nota que escribió a favor del levantamiento de la quiebra de esa empresa. Y después, porque abre la discusión pendiente sobre la connivencia de los gobiernos con los "capos" del juego en la Argentina.Como se sabe, Cristóbal López ha sido uno de los más...

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