Bottas, un producto de la extrema paciencia

No son demasiados los pilotos que, a los 25 años, pueden jactarse de haber hecho todo bien y de estar en el momento correcto en el lugar indicado. De no haber desperdiciado, siquiera, una sola temporada para seguir creciendo. Tal vez una de las contadas excepciones en la elite del automovilismo mundial haya sido, en la última década, la del finés Valtteri Bottas. Contra todo pronóstico, el hombre de Williams se convirtió en el cuarto elemento de la Fórmula 1 que a lo largo del ejercicio 2014 sólo mostró por encima de él a los dos imbatibles Mercedes y al directo retador, Daniel Ricciardo.

Bottas, cuarto en el máximo certamen y confirmado por el equipo inglés para la temporada venidera, se convirtió en la revelación después de que, con el mismo team, sólo reuniera 4 puntos en el ejercicio de 2013. Claro que las diferencias entre el Williams del año pasado (el FW35 con motor Renault) distó bastante del potencial que mostró el FW36 de este campeonato, equipado con un impulsor Mercedes y que le permitió al nórdico acreditarse 186 unidades y los primeros seis podios de su campaña.

Pero, más allá de los números, ¿quién es ese hombre de mirada distante y suaves modales que se convierte en un depredador cuando se sube a su máquina y, muy especialmente, cuando debe recuperar lugares al largar desde el fondo de la grilla? Nacido en la gélida Nastola, Bottas siempre brilló en la categoría que le tocara en suerte conducirse, ya sea en la Fórmula Renault Europea, en la que fue campeón en 2008, o en la Fórmula 3 Euroseries, que lo vio vencedor del Masters en los dos años siguientes. Pero sería otra coronación, la de la GP3 Series, en 2011, la que hizo abrir bien grandes los ojos de los jefes de equipo. Las cuatro victorias y los 7 podios obtenidos con un Lotus del equipo ART hicieron que muchos, tempranamente, le ofrecieran manejar autos de mayor potencia, abriéndole las puertas de la F.1 en un futuro cercano. Tal vez fue en ese momento en el que afloró más que nunca su frialdad finlandesa para tomar la decisión más importante de su vida. Antes de que arrancara la temporada 2012, le llovieron ofertas para la GP2. Al cabo, ¿qué más quiere un piloto de automóviles que acelerar en busca de más gloria? Frank Williams lo quería en su equipo, pero ante todo, debió serle sincero: Pastor Maldonado y Bruno Senna ya tenían aseguradas sus butacas y el único ofrecimiento que podía hacerle el constructor a Bottas era formar parte de su escuadra como piloto de...

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