Borges, lector de sí mismo: manuscritos detrás de la obra

Es posible que el coleccionista se haya emocionado cuando lo vio, pero sin duda menos de lo que puede emocionarse el lector. "Pierre Menard, autor del Quijote" es posiblemente el "escrito" (no digamos nada sobre el género, cuento o ensayo, o cuento bajo la forma de un ensayo, o al revés) más complejo de la literatura del siglo XX. No hay aquí ninguna exageración nacionalista. Sencillamente, en esas pocas páginas que aparecieron por primera vez en el número 56 de la revista Sur se condensan todos los problemas que atarearon durante décadas a los críticos: la originalidad, las atribuciones, la autoridad del autor, el modo en que la historia modifica lo que leemos aunque lo que leamos sea lo mismo. Quien se acerque en estos días al primer piso la Biblioteca Nacional va a poder examinar ese Santo Grial de los manuscritos del siglo XX.

"Recuerdo sus cuadernos cuadriculados, sus negras tachaduras, sus peculiares símbolos tipográficos y su letra de insecto. En los atardeceres le gustaba salir a caminar por los arrabales de Nîmes; solía llevar consigo un cuaderno y hacer una alegre fogata". Eso se lee en una de las (¿falsas?) notas al pie de "Pierre Menard...".

Su letra también era de insecto y en su manuscrito, en un cuaderno de contabilidad Haber, hay también "negras tachaduras" -seguidas de otras como "xxxx", que indican acaso menos convicción en la enmienda- pero aun así Borges era más discreto que Pierre Menard. Claro que dar con esas huellas demanda una pericia que participa de la literatura, la investigación y la devoción por el autor. Germán Álvarez y Laura Rosato lo lograron. Ellos editaron en 2010 el libro Borges. Libros y lecturas y son ahora los curadores de Borges. El mismo, el otro, la muestra en la que por primera vez se exhibe ese manuscrito, que el director de la Biblioteca, Alberto Manguel, trajo consigo a Buenos Aires.

El interés de esta muestra puede condensarse en una frase de la propia Rosato: "Borges como lector de sí mismo". Estamos acostumbrados a pensar a Borges como lector de otros. Ahí está esa frase siempre mal citada del "Poema de los done": "yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca". De acuerdo, pero quien lee bien a otros debería leerse bien a sí mismo, y eso es exactamente lo que pasa con Borges. Aunque parezca absurdo y contrario a toda variedad de crítica, nadie leyó a Borges mejor que él mismo. Es lo que pasa en la versión de "Tema del traidor y del héroe" que encontraron Rosato y Álvarez...

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