Borges y la criminología

• Autor: Gabriel Ignacio Anitua
• Páginas: 428-436

BORGES Y LA CRIMINOLOGÍA (68)

Constituye un honor el que me ha hecho Alejandro Poquet al

solicitarme prologue el libro que el lector tiene en sus manos.

Asimismo, ha sido un placer el tener que, por ese motivo, leer

este Borges y la criminología, libro basado en la tesis doctoral

titulada Indicios criminológicos en la obra de Jorge Luis Borges. El

cuestionamiento literario al positivismo de la criminología, por la que

Alejandro Poquet obtuvo el título de Doctor en la Facultad de

Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo.

Finalmente, es también un compromiso u obligación ya que se

supone que estas palabras iniciales no deben limitarse a ser una

invitación a la lectura, sino también reflejar una opinión o sugerencia

despertada asimismo por la particular lectura que yo, como

prologuista, he realizado. Y ello es porque “El prólogo, cuando son

propicios los astros, no es una forma subalterna del brindis; es una

especie lateral de la crítica”, como dijo Borges y como nos recuerda

Poquet más adelante. Pero ello me resulta también grato ya que,

además, el prólogo “tolera la confidencia”, como señaló también

Borges, y por eso el estilo y la lectura personal se imponen y

aconsejan a esa lectura que está por comenzar, y que, como la que

yo ya he realizado, tampoco será definitiva.

Borges y la criminología se trata de un libro que retoma la

importante relación entre criminología y literatura. Importante y

antigua, pues bien se podría decir que desde siempre existe esa

intercomunicación entre aquellos campos que, además, carecen de

claros contornos o límites. En un primer momento vemos a los

relatos orales y luego a la literatura de cordel ocupándose de los

hechos violentos y de los castigos, para llegar ya en plena

modernidad al género de la novela y del folletín como el heredero

directo de aquellas tradiciones populares, que permitían transmitir,

pero también redefinir y cambiar los sentidos de los mensajes

emitidos desde los lugares privilegiados de ejercicio del poder. Este

género recurre, todavía hoy, a los relatos de crímenes y misterios

como fuente inagotable de argumentos que pueden ser