Al borde del abismo

El chavismo no sólo perdió las elecciones, sino que se situó al borde del abismo sin querer mirar hacia abajo, temeroso de no alcanzar a ver la verdadera profundidad de su fracaso. Una encrucijada que suma, al menos, tantas dudas como las dos peores vividas por una revolución que nació con la pretensión de quedarse (mandando) para siempre: el golpe de Estado de 2002 y la muerte de su líder, Hugo Chávez, en 2013.

Hoy está en juego su supervivencia como plan hegemónico para todo el siglo, como le gustaba decir a Chávez.

La misma fórmula que ahora repite Nicolás Maduro en sus momentos de mayor euforia.

"Creo que el gobierno aún no ha entendido nada." Las palabras poselectorales son de Nicmer Evans, politólogo revolucionario perteneciente a la corriente crítica Marea Socialista.

Junto al resto de sus correligionarios, se definen como los verdaderos chavistas, los más auténticos hijos del comandante supremo.

Un estado de ánimo parecido embargaba ayer a todas las fuerzas revolucionarias, aturdidas por la golpiza electoral que les había proporcionado una oposición a la que definen, en su mayoría, como "ultraderechista" y "apátrida", lo que dificulta aún más comprender los porqués de la derrota.

Las explicaciones de Maduro tras conocerse los primeros datos del CNE convencieron a muy pocos.

El primer mandatario insistió en el discurso de la "guerra económica" que casi nadie cree en el país y acusó a sus rivales de ser "contrarrevolucionarios" que han impuesto "su guerra".

¿Por qué perdió el chavismo su segunda contienda electoral por más de dos millones de votos? El mismo diagnóstico, pero distintas recetas. La crisis económica y social ha golpeado a Venezuela con tanta contundencia que ha desfigurado los logros alcanzados, según su criterio, con sus iniciativas sociales. "Maduro y su equipo no pueden seguir hablando de que existe una política social porque se regalen viviendas, taxis, equipos electrónicos, cocinas, heladeras y hasta comida... La mejor política social es aquella donde la salud y la educación son prioridad para el Estado y donde la inflación sea extirpada de la economía, para así poder abrir espacio como fuente de desarrollo social", escribía ayer Javier Vivas.

El columnista, uno de los más incisivos de la web radical Aporrea, no dudaba en exigir la renuncia de Maduro y Diosdado Cabello: "Si ellos quieren asesinar a la revolución bolivariana, tengan claro que con sus actitudes y nefastas decisiones y acciones en la conducción del...

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