Bolivia, ante un límite a la libertad de expresión

El gobierno nacional está, desde hace rato ya, utilizando sus distintas potestades tributarias e institucionales para intimidar y presionar a aquellos que de pronto disienten de sus políticas o de sus conductas.Lo que acaba de suceder con la presión ejercida por funcionarios de la AFIP sobre el propio presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y sus familiares es un grave, claro y reprobable ejemplo de lo antedicho.Esa conducta, que tiene una clara raigambre autoritaria, está caracterizando a otros países del continente. Aparece cada vez con más frecuencia, y con toda suerte de ropajes, en los escenarios del universo "bolivariano" regional. No sólo en Ecuador, país en el que Rafael Correa acaba de materializar su sueño de amordazar a la prensa independiente y ahorrarse así las críticas a su régimen, mediante la sanción de una cercenadora ley de medios, sino también en Bolivia, donde el presidente Evo Morales comparte ese profundo rechazo a la libertad de prensa, que es siempre ostensible en la conducta de su compañero de ruta ecuatoriano.Por esto, cabe manifestar una profunda preocupación por la dura embestida de Morales emprendida contra El Diario, el periódico más antiguo de Bolivia, al que podría clausurarse en relación con una deuda impositiva cuya enorme magnitud rechaza la empresa y que, además, se está debatiendo aún en las instancias legales correspondientes.El Servicio de Impuestos Nacionales de Bolivia ejecutó una orden de embargo contra la empresa propietaria del mencionado diario, a la que consideró en "quiebra técnica", mientras en paralelo hizo trascender su intención...

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