Boca hizo todo para quedar afuera, pero lo salvó Orion

El futuro de Boca se convirtió en perfecto después de una noche de esas que agiganta la épica de la Copa Libertadores. Dos horas llenas de vaivenes, de altibajos, de adrenalina excesiva, de desaciertos y bien al final, de cantos, saltos y alegría. Perfecto porque en julio será uno de los cuatro equipos que comience a definir el trofeo continental que obsesiona a su gente. Perfecto porque la planificación de lo que viene tendrá otro color. Todo hubiese sido muy diferente si esa serie de penales, que se torció un par de veces y que Agustín Orion enderezó sobre la base de atajadas, se hubiera inclinado en sentido contrario.

Boca pasó tras un sufridísimo 1-1 y 12 penales para el infarto, en los que estuvo un par de veces al borde del KO. Pero, sobre todo, pasó a pesar de sí mismo. Más allá de sus errores y desajustes, y de la pálida actuación, que estuvo entre las peorcitas del ciclo de los Mellizos. Sin embargo, acabó con la Bombonera vibrando como hacía mucho no ocurría.

Hace algunas semanas, la desgracia se dio un paseo por La Boca y fue diezmando al medio campo que se había asentado en la titularidad (Gago-Cubas-Lodeiro). Sus lesiones partieron por la mitad la idea de generar fútbol a partir del manejo de la pelota, la escalada de los laterales, el retroceso de Tevez y el desborde de los punteros.

El desorden de Boca ya había aparecido en encuentros anteriores, y en la noche crucial para definir la suerte del semestre dijo más presente que nunca.

Dentro de su carácter imprevisible, el fútbol analizado desde el juego tiene unos conceptos que mínimamente se deben respetar. Y durante buena parte del desarrollo, el único que los aplicó fue Nacional. Para agruparse tapando los espacios en los alrededores de su...