Boca gana, pero no termina de creerse que puede ser un equipo

Mientras continúen las dudas será imposible construir algo para éste Boca. Y no se trata de una cuestión futbolística específicamente. Lo que acompleja a este grupo que conduce Rodolfo Arruabarrena es una autoestima bastante endeble. Transmite sensaciones que no son fáciles de codificar. Porque en 34 minutos perdió con Racing 2-1, el fin de semana anterior le igualó 1-1 sobre la hora Banfield y ayer venció 1-0 a Quilmes dentro de un escenario que lo muestra como un equipo sin confianza en sí mismo. Parece tener poca fortaleza mental como para sobreponerse cuando no le resulta aquello que se trazó como estrategia. Y en ese contexto, el próximo fin de semana tendrá la cita más importante frente al rival de siempre..., el puntero.No puede perder de vista Boca lo que sucedió ayer, pero no sólo por lo que pasó en la Bombonera, sino por lo que deberá hacer la semana que viene en el Monumental si no quiere terminar mal herido. Resultó un buen paso quedarse con un éxito, en especial después del tremendo cachetazo que le dio la Academia. Aunque las formas son las que le abren un interrogante mayúsculo. No resulta simple descubrir cuál es el potencial real de los xeneizes, si el que exhibió ante Vélez (3-1) o Rosario Central (3-0), en el partido de vuelta por la Copa Sudamericana, o el de ayer, en el tuvo demasiados problemas para quebrar la resistencia de un rival muy pobre.Apenas un gol, en los pies de Carrizo, con un rebote en Suárez que colaboró para dejar sin alcance a Dulcich, quedó entre las pocas buenas sensaciones del conjunto de la Ribera. El equipo se sostuvo por la explosión de Carrizo por un costado, la potencia de Chávez por el otro y la incansable lucha de Calleri con los centrales rivales. No puede depender de los arranques furiosos de Meli o de los humores de Gago, una pieza determinante para que pueda funcionar colectivamente el equipo.Pero mucho más inquietante para este conjunto xeneize es ver cómo la lesión de Cata Díaz le deshilachó la defensa. Aunque, en realidad, lo alarmante es que no cuente el DT con otro defensor que pueda disimular su ausencia...