Todo sea por el bien de River

Las lecturas serán múltiples, según la agudeza del observador. Pero el fútbol, de tan cambiante, supera los límites de velocidad. Daniel Passarella pasó de aquel presidente frontal e inflexible a este más conciliador. Hace poco más de siete meses, le pidió la renuncia a Julio Grondona, cara a cara en su misma casa, la sede de la AFA. Hoy, con River en la B Nacional y de pretemporada en el predio de la entidad madre, en Ezeiza, el mismo Káiser suavizó el trato con Don Julio por una "relación de muchos años". Sólo él sabrá si lo hizo por una íntima convicción o para evitarse más contratiempos en la lucha de los millonarios por la vuelta a la primera.Passarella volvió a las declaraciones públicas en una conferencia de prensa en las instalaciones de la AFA. Primero presentó a los flamantes refuerzos, David Trezeguet y Leonardo Ponzio. Y después se enfrascó en una larga charla con los periodistas en la que se abarcaron temas de los más variados. El más suculento, claro, fueron sus idas y venidas con el mandamás del fútbol argentino. Pocas veces cambió el gesto. Casi nunca levantó la voz ni modificó el tono."Más allá de la diversidad del pensamiento, con Grondona hay una relación de muchos años. Lo llamé dos o tres veces cuando estuvo mal de salud y también cuando los diagnósticos fueron buenos. Creo que se merecía que lo llamara. Cuando estuve enfermo en México 86, Grondona y Pascual -Julián ex tesorero de Ferro y jefe de la delegación de la AFA- me visitaron todos los días en el hospital. Le dije a Julio que, más allá de las diferencias, los pingos se ven más en las malas que en las buenas", comentó Passarella.Fue a mediados de mayo pasado: Passarella sintió en carne viva la derrota con Boca por 2-0 y criticó con lengua filosa el arbitraje de Patricio Loustau. No dudó, apuntó con el índice a Grondona y le exigió la renuncia, en medio de la reunión del comité ejecutivo. "No me arrepiento de las cosas que hago. Después, cuando uno toma decisiones hay que tener el coraje para sostenerlas. Lo importante es decir lo que uno piensa y siente", describió ayer.River redujo gastos y, por medio de una gestión del vicepresidente Diego Turnes, consiguió el predio de la AFA para la pretemporada. Por lo pronto, se ahorró cerca de 600.000 pesos y, seguramente, marcó un buen antecedente para otro clubes. Así, Passarella volvió a lugar que dejó en 1998, cuando se alejó del seleccionado argentino después del Mundial de Francia. "Es un lujo estar acá. Las canchas están...

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