Bielsa, contracultural como Bilbao

Además del fascinante Barcelona, el mejor equipo de la historia, el Athletic Bilbao de Marcelo Bielsa ha sido al cabo de la temporada europea un equipo revolucionario y contracultural. El entrenador ha conseguido bucear en aguas más profundas que las del fútbol. Su Athletic ha demostrado que siempre se puede intentar jugar mejor, con arrojo y honestamente, sin trampas que suelen confundirse con picardías y cotizan en alza en la Argentina. Pero perdió. Otra vez el retrógrado reduccionismo, el mismo que envalentona a los aniñados que despellejan a Lionel Messi porque no ganó nada con la selección.Bielsa ha afirmado un concepto de respeto por el juego y por la gente, que ha fortalecido con gran convicción. Hoy, en la derrota, después de los sonoros cachetazos en las finales con Atlético de Madrid y Barcelona, los vascos se sienten igual de orgullosos. Entre tanto canibalismo disfrazado de pasión, ésta es una conquista invalorable. Bielsa, siempre reacio a los elogios sólo apoyados en la producción, medita si extenderá su contrato con el club. Está en un lugar diferente, un sitio tan discrepante como él, un espacio que se anima a desobedecer hasta alguna de sus máximas. "Soy un especialista en fracasos y sé perfectamente que las adhesiones se acaban cuando se acaba el éxito", ha señalado. Bilbao sigue siendo adherente. "La adversidad es el mejor momento para expresar la adhesión, porque es el momento donde es más difícil ser fiel", ha comentado. Y Bilbao es fiel. "Uno necesita ser querido para ganar, no ser querido porque ganó", ha dicho. Y...

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