Bestiario

Muchos recordarán la imagen conmovedora de esta perra mansa como Lassie en dos patas tras las rejas, mendigando una caricia. Un pedido urgente de cariño, que sigue haciendo esta perrita sin amor. Ahora tiene un apodo, la llaman Rubia . Estaba lastimada y triste en el Centro de Zoonosis de Guernica. Ahora, junto a su hermana Negra, se recuperan en un pensionado. "Son dos amores", dice Georgina Galanternik, que no para de buscarles hogar."Paco y Mía siguen en adopción hace más de un año y medio", lamenta Cecilia Cáceres. Paco es dorado como el sol y Mía, negra con pecho blanco. "Fueron encontrados atados en el cementerio de Olivos en octubre de 2008, y viven juntos en un pensionado. Se aman, se besan, son inseparables; la ternura misma, además de buenos y lindos", detalla.Piccolina integraba un grupo canino poco privilegiado, el de los Frankenstein o perros monstruito. Está castrada, vacunada, desparasitada y despulgada. Un primor que perdió a sus compañeros de armas, a la vez feos y hermosos como los osos. "Por dentro es puro corazón y amor", detalla Viviana Caferatta. Igual se la ve muy linda.Mona es la última Penélope en espera de un amor. Salió en estas páginas como parte de un trío de perras en desgracia, y ahora queda ella sola en su larga esperanza de hogar, desde hace 4 años. "Es una dulzura de perra. Se va a hacer vieja esperando en un pensionado. Sólo puede comer alimento especial para cuidados renales, pero su vida es normal", cuenta la proteccionista Jennifer Metrovich. Está castrada y vacunada.Rómulo no logró salir de la mala vida. Este macho entrado en años, pero vital, no tiene techo propio, aunque fue cobijado en un garaje con otros perros de nadie. Juega a la pelota, disfruta paseando, se lleva bien con otros perros tranquilos y su particularidad es el sueño automovilístico: elige para dormir el interior del auto. "Está más gordo y lindo. Es sano y cariñoso", cuenta Elizabeth González.Por...