Belén Casetta en los Juegos Panamericanos: 'Ya no me importa nada, así que voy por todo'

Belén Casetta llegó a los Juegos Panamericanos en buena compañía: la de su pequeña bebé Lina, de cinco meses y medio

El día que Belén Casetta elige para llegar a los Juegos Panamericanos es quizás el más frío y gris en las más de dos semanas en las que se extiende la competencia. Es miércoles, llueve y hay viento. La Cordillera de los Andes casi no se ve y las manos se endurecen ante lo intempestivo del clima que cambia en un abrir y cerrar de ojos, pero hoy perdura a diferencia de otros. Pese a que no se aloja ahí porque decidió hacerlo afuera con la familia, surcando la Villa Panamericana, desde el comedor a la Zona Internacional, Belén cubre el trayecto con dos valijas enormes, la mochila característica que usa la delegación argentina, su suegra y un cochecito de bebé. Le hizo un cobertor con pulóveres y lo saca al entrar al centro de prensa, encuentro para esta nota: así, se descubre a Lina, su hija de cinco meses y medio, que viajó con ella. Lina se duerme en los brazos de la abuela y Casetta se acomoda en un puff de la sala.

"Acá estoy, en mis terceros Juegos Panamericanos, esta vez con una beba, vine muy bien acompañada. Me van a ver este sábado, a las 19.20, en los 3 mil metros con obstáculos", dice como si fuera un spot publicitario. Ríe con frescura y se relaja: pese al trajín, pocas cosas alteran hoy su vida.

A los 29 años, la atleta marplatense, llega en una condición distinta: la de mamá. Apenas se preparó los meses que transcurrieron desde el nacimiento de Lina, aunque aclara sentirse mejor que cuando viajó a los últimos Juegos Olímpicos. Ya no es esa Belén que un par de veces hizo raid de aviones para ir llegar a Kenia a vivir y "correr con los keniatas", como reza el libro clave que ayuda a entender el fenómeno. Tampoco es esa belén que se angustia dos o tres meses porque un resultado no se le da. O la que mastica nervios y ansiedad como si fueran chicles, en la previa de salir a la pista. No.

Esta Belén Casetta es ahora la atleta que se siente superpoderosa desde la llegada de su primera hija. Tiene la misma voracidad competitiva que aquella que corrió los Juegos Suramericanos ya embarazada (y los ganó) y la que se entrenó hasta el último día antes de dar a luz, pero es distinta. En Lima 2019, la edición anterior a estos Juegos, fue la única atleta argentina en conseguir una medalla en su deporte y se llevó un bronce histórico. Este sábado, cuando se presente en el Estadio Nacional de Santiago 2023 irá por eso y más: ‘Ya no me importa nada, así que te juro que voy por todo’, afirma. Se siente como una leona. Y se ve.

Belén Casetta y su hija Lina viajaron juntas: a la bebé le hicieron una remerita y buzito especial

-¿Cómo estás?

-Acá estoy, en mis terceros Juegos Panamericanos, esta vez con una beba, vine muy bien acompañada por una beba de cinco meses y medio que es el tiempo en el que estuve preparándome y entrenándome. Siempre acompañada de ella, sino no...

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