Beatriz Sarlo desnudó a 6, 7, 8

Como un gladiador que en soledad viene de decapitar las siete cabezas de una hidra, Beatriz Sarlo amaneció ayer más cansada que de costumbre, tras su arriesgada pero brillante incursión televisiva en 6,7,8.La autora de La audacia y el cálculo pasó por el ring del emblemático programa ultraoficialista y ganó por knock-out. Por culpa de la kilométrica presentación, sólo se la pudo escuchar y ver desde el minuto 23 del ciclo de Canal 7. Pero, a partir de ese momento, se mantuvo en el centro de la escena con gran aplomo y autoridad a la hora de exponer y replicar a los panelistas habituales, de palidísima performance en esta ocasión, y los otros dos invitados, el filósofo oficial Ricardo Forster y Gabriel Mariotto, presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca). El primero se refugió en una exposición académica, monocorde y, por momentos, laberíntica que le sirvió para no salir lastimado. Por el contrario, el segundo hizo enfática profesión de fe, una vez más, de kirchnerismo a ultranza y tuvo un par de pifies graves, entre los que la pésima conjugación del verbo "satisfacer" no fue lo peor. También dejó algunas sentencias desopilantes (del tipo "El gorilismo es mundial, como el mal tiempo"). Pero le fue decididamente mal cuando intentó cancherear con la invitada. "¿Las editoriales de Magnetto son las que le dan letra a usted -la chuzó el padre de el "espacio de publicidad"-, o es usted que le da letra a las editoriales de Magnetto?" Casi como quien reprende a su levantisco hijo, Sarlo le espetó: "A mí no me da letra nadie, no...

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