El BCRA no intervendrá ante una eventual baja del dólar

El Banco Central (BCRA) no tiene previsto intervenir en el mercado cambiario ni aún cuando las esperadas divisas que aportará la nueva cosecha sojera pudieran poner al tipo de cambio bajo fuerte presión a la baja, según supo LA NACION de altas fuentes oficiales.

La definición, que había sido esbozada en el informe sobre "objetivos y planes respecto del desarrollo de la política monetaria, cambiaria, financiera y crediticia para el 2016" publicado a fines de 2015, tomó relevancia en las últimas horas. Sucede que se acerca la "semana 14" del año, indicada por el promedio estadístico de los último años como el inicio formal de lo que se da en llamar la "temporada alta" cambiaria, dado el sustancial salto en la oferta de dólares que deviene de la exportación del grano y sus derivados.

El plan oficial de no intervención sobre el mercado de cambios, en procura de dejar flotar lo más posible el dólar, fue aplicado regularmente tras la remoción del cepo.

Sin embargo, de mediados de febrero en adelante se vio temporalmente truncado porque el dólar inició una escalada que lo llevaría a iniciar marzo por encima de los $ 16 y daría lugar a lo que hoy se ha comprobado: una nueva ola de remarcaciones que renovó el impulso que la inflación (dejando de lado el impacto de los ajustes tarifarios) parecía ir perdiendo.

Esto forzó por aquellos días al BCRA a retomar una práctica que, con el cambio de conducción, había dejado caer intencionalmente en desuso: volcó en plaza más de US$ 710 millones de sus reservas en apenas nueve ruedas, aunque sin poder de ese modo detener la carrera alcista de la divisa.

Ese fracaso obligó a un segundo cambio de estrategia a comienzos de mes, reflejado en el brusco ajuste al alza que tuvieron las tasas de interés (del 31 al 38% anual), al punto de regresarlas al nivel que tenían al momento previo de la apertura del cepo, cuando se las había ubicado allí para desalentar posibles corridas.

Aquellas intervenciones recrearon en el mercado la sensación de un tipo de cambio flotante pero con "bandas", en referencia al sistema con "piso" y "techo" de algún modo prefijado que rigió por años. Ocurre que lo usual era que el BCRA se ubicara de un lado y del otro del mostrador de cambios para comprar dólares para las reservas (si la dimensión de la oferta corría el riesgo de hacer caer fuerte al dólar) o venderlos (en caso contrario), de manera de evitar oscilaciones bruscas. Y, después de todo, en la más reciente etapa poscepo el piso lo...

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