Una batalla donde también juegan los costos del control químico

"Me encontré con un ataque grande de gomphrena pasada de tamaño. Eso me llevó a volver a utilizar máquinas que hacía tiempo no usaba, como la rastra desencontrada y luego un cincel con pie de pato cuando hubo un brote de la maleza", cuenta Julio Mathieu, un productor de Córdoba.

Su testimonio se suma a la lista de quienes movieron el suelo con malezas en un estado avanzado. La gomprhena se le había pasado –estaba en flor en 50 a 60% de los lotes– luego de campañas de sequía.

El campo de Mathieu, que hace agricultura y ganadería, se encuentra en una zona de James Craik con suelos IV a VI con limitantes y donde la parte ganadera suele presentar una importante cantidad de malezas.

La remoción, en octubre-noviembre del año pasado, afectó a tres lotes (dos venían de soja y otro de maíz) que suman unas 140 hectáreas y venían desde hace no menos de 8 años en directa. "Tuve resultados excelentes. Donde se movió el suelo no tengo nada (por gomphrena) ", afirma. Esos lotes que se movieron luego se sembraron y este año volvieron a siembra directa.

Mathieu dice que hubo una cuestión de costo que influyó en el combate con el control mecánico.

"Veo esto desde el productor y el profesional, porque soy ingeniero agrónomo. Como profesional se pueden hacer muchas cosas, pero...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR