La batalla por los contenidos

En los últimos cuatro jueves, Cristina Kirchner viene haciendo lo que casi nunca hizo durante sus dos mandatos: hablar con un periodista. En su más reciente incursión, hace tres días, dijo que hoy el periodismo no tiene libertad para trabajar en la Argentina.

Cuando el kirchnerismo fue gobierno les declaró la guerra a los medios y construyó su propio polo informativo. Lo fogoneaba con abundante pauta oficial y multiempleo para mantener entusiasmados a los comunicadores militantes. Demonizaba al Grupo Clarín y fomentaba el hostigamiento y la difamación constantes de los informadores que lo criticaban, un mortífero combo rematado por la ley de medios como taladrante telón de fondo.

Al cabo de casi dos años del gobierno de Cambiemos, esas voces se apagaron o languidecen. ¿Se uniformiza la oferta informativa? ¿Podría estar el Gobierno detrás de esos movimientos?

La viuda de Kirchner afirma que los medios más exitosos le brindan un férreo blindaje informativo al oficialismo. Pero ni siquiera los que más simpatizan con Cambiemos se privan de deslizar variadas críticas y aportar datos negativos de la actual gestión. La paulatina "extinción" de espacios K, entonces, ¿es consecuencia de una implacable persecución oficial?

Digamos las cosas como son: en su apuro por obtener masa crítica a su favor, el gobierno anterior dio alas a la construcción de empresas y hasta holdings periodísticos artificiales y oportunistas, más ávidos de facturar plata fácil que de defender con verdadera vocación esa gestión con argumentos sólidos y atractivos formatos. Al no ser profesionales, cayeron en contenidos panfletarios y se desinteresaron en crear audiencias verdaderas, total el Estado les cubría sus costos y sus enormes ganancias. Peor todavía: el relato vociferante terminó por arruinar a un medio como Página 12, que resintió su calidad en aras de obsecuencias innecesarias, perdió sus interesantes matices y hoy cobrar el sueldo puntualmente allí es algo altamente improbable. Su propietario actual, el sindicalista Víctor Santa María -también dueño de la radio 750-, que está acusado de lavar dinero, concedió una entrevista al programa Periodismo para todos en la que afirmó insólitamente desconocer que tiene en Suiza una cuenta con 4 millones de dólares.

Hay que recordar, además, que a pocos días de asumir Macri la presidencia, Sergio Szpolski, el empresario de medios K más beneficiado por la pauta oficial durante el kirchnerismo, dejó al garete sus títulos...

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