Ya basta de meter goles con la mano y festejar

Senadores del Frente de Todos rechazan el fallo de la Corte que frenó la jugada de Cristina Kirchner para ganar un lugar en el Consejo de la Magistratura, el miércoles

Meten un gol con la mano a la vista de todos y se rasgan las vestiduras cuando el referí hace sonar el silbato y corta el festejo. Estimado lector, disculpe la metáfora futbolística: donde dice gol lea consejero de la Magistratura y entenderá de qué estoy hablando.

¿Cuántas veces ha repetido el kirchnerismo esta secuencia? Básicamente, en eso consiste la praxis que lo define: la palabra desmintiendo lo que los ojos ven o el discurso creando una realidad virtual, inexistente. Cristina Kirchner ha tenido una lengua capaz de echar sal en las heridas sensibles y no resueltas de la memoria nacional, de tal forma que el resentimiento así estimulado velara con una pátina oscura el sentido de la vista. Anulada la realidad, o reemplazada por un relato que profundiza el fanatismo (y con él la ceguera), los Kirchner y sus cómplices se dedicaron a la industria de los bolsos mientras intentaban hacerse del control del Poder Judicial y los medios de comunicación . Una de dos: confiaron demasiado en el poder de manipulación de la palabra o se pasaron de rosca en el terreno de los hechos. Tal vez ambas cosas. Como sea, hoy la obscenidad de los hechos, pasados y presentes, se impone sin remedio, en tanto la efectividad del relato decrece en modo inversamente proporcional.

A pesar de esto, y a falta de otra idea, insisten con la impostura y el engaño. La gran pregunta que deberemos enfrentar en algún momento, acaso cuando pase el temblor, es cómo el kirchnerismo llegó tan lejos con un recurso tan elemental que hoy cobra visos grotescos. Una primera hipótesis: quizá porque allá en el principio buena parte de la sociedad veía pero sin querer ver del todo, y en consecuencia dejó pasar muchos, demasiados goles con la mano sin exigirle al distraído referí que parara el juego antes de que fuera tarde y quedaran abolidas todas las reglas. Allá por 2012 o 2013, estuvimos cerca .

La única defensa de la sociedad contra la verdad del autócrata, que se basa en la mentira, es el Poder Judicial

Hoy los árbitros están determinados a cumplir su papel y avanzan con el reglamento en la mano. Esto es definitorio. La lucha de fondo de todos estos años que vivimos en peligro pasó por determinar quién define el criterio de verdad . En las autocracias, el líder convierte su voluntad en ley y la impone a las...

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