La bandera que despertó el enojo de De Narváez

La idea se concibió, como toda picardía, en la mayor reserva. Pero, al final, la sorpresa se convirtió en un inimaginable dolor de cabeza para Francisco de Narváez, candidato a gobernador bonaerense.En el búnker de Las Cañitas -sede del cuartel general de De Narváez- juran y perjuran que su jefe nada sabía sobre la bandera de la polémica. Un lienzo descomunal en celeste y blanco que ostentaba los nombres de De Narváez y de Mónica López -su compañera de fórmula- y que se desplegó, el sábado pasado, en una de las tribunas del Estadio Único de La Plata en pleno debut la selección argentina de fútbol por el torneo de la Copa América.La imagen de esta singular bandera se vio en millones de televisores en todo el país. Pero el real destinatario de la insignia era Daniel Scioli, gobernador bonaerense y principal rival de De Narváez en la provincia. Scioli oficiaba aquella tarde de anfitrión del evento futbolístico de la Argentina contra Bolivia y, como tal, presenció el partido desde un palco."Queríamos aguarle la fiesta a Scioli en su propio estadio", admitieron en el búnker de De Narváez.Uno de los gestores de la idea fue el sindicalista Alberto Roberti, tercer postulante a diputado nacional propuesto por De Narváez en la lista que comparte con el candidato presidencial Ricardo Alfonsín. Roberti no sólo comanda el poderoso sindicato de petroleros privados; es, además, el esposo de Mónica López, la compañera de De Narváez a la gobernación. Roberti ha dado sobradas muestras de no escatimar dinero a la hora de solventar la campaña, en especial las miles de pancartas, avisos publicitarios y carteleras que inundan el conurbano bonaerense con la figura de su mujer, devenida candidata.Este es el relato oficial que se desliza desde el búnker de Las Cañitas, donde se aloja el cuartel general de De Narváez: una picardía que concibió un grupo de militantes bonaerenses que logró colar en la cancha una fastuosa bandera argentina...