Los bancos renovaron apenas el 1,8% de las Leliq que vencían hoy

Además de los dólares, ahora también los pesos se van del BCRA

El acelerado proceso de desarme de inversiones en Letras de Liquidez (Leliq) que iniciaron los bancos tras los resultados del balotaje marcó hoy un nuevo hito: apenas renovaron el 1,8% de las colocaciones que vencían, lo que provoca que otros $1,5 billones queden en condiciones de ganar la calle en los próximos días.

El porcentaje, nuevo mínimo inédito, se registró en la quinta licitación posterior al resultado electoral, aunque ya no sólo está relacionado con el traspaso a pases pasivos a un día para ganar capacidad de reacción ante posibles sorpresas una vez que se concrete el cambio de Gobierno: tiene que ver también con algunas necesidades para atender el "pico" en la demanda de pesos que se produce siempre a esta altura del año, lo que hace que ni los bancos oficiales se esmeren en renovarlas.

La confirmación de esta tendencia, fruto de la incertidumbre reinante, llegó en una jornada en la que el Banco Central (BCRA) llamó a licitación para ofrecer $300.000 millones en Leliq a vencer en 28 días a una tasa del 133% nominal anual (un monto indicativo bajo tomando en cuenta las necesidades antes citadas), al tiempo que enfrentaba vencimientos por $1,575 billones.

Según los registros oficiales, esta vez apenas el 39% de las tenencias que vencían estaban en poder de bancos privados (unos $0,6 billones), mientras que los públicos poseían el 61% restante ($ 0,97 billones).

Claro que sólo recibió oferta de compra por apenas $28.648 millones (1,8%), por lo que el resultado fue una posible expansión monetaria "por $ 1,549 billones" , detalló en operador y analista Leonardo Svirsky, de Bull Market.

De este modo, de los 9,7 billones de pesos que tenían invertidos en Leliq, los bancos ya retiraron unos $7,94 billones. Es decir, desarmaron el 82% de la posición que les iba venciendo.

Como explicó LA NACION en distintas oportunidades, las cancelaciones estuvieron, en un primer momento, relacionadas con el temor de que el nuevo Gobierno les ofrezca canjear parte de esa tenencia por bonos del Tesoro en condiciones no muy favorables. Pero en las dos últimas subastas comenzó a jugar otro factor: la necesidad de estar líquidos para atender el "pico" estacional en la demanda de dinero, relacionado con el pago de vacaciones y aguinaldos, en un contexto en el que muchas empresas ofrecieron a sus empleados adelantar esas liquidaciones, ya sea para compensar la alta inflación o por "parates"...

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