Un balcón, convertido en trampa mortal para un futbolista en Devoto

Parecía un sábado perfecto. El clima acompañó y Ezequiel Esperón, de 23 años, futbolista y apasionado por el deporte, pudo hacer todo lo que tenía ganas para ese día. Se juntó con Erik Schmidt, su amigo desde los cinco años, y fueron a jugar al paddle. Después, jugó al fútbol y al póquer, y más tarde comieron pizza a la parrilla. A la noche, se fueron a un cumpleaños al que los habían invitado. Como todavía hacía calor, con una camperita alcanzaba para estar en el balcón del SUM, en el sexto piso. Por los ventanales se veían los globos gigantes con el número 22. Adentro y afuera, música y bebidas. Unos minutos después, la fiesta en Villa Devoto había terminado.Los invitados oyeron gritos; algunos salieron al balcón, pero pocos entendían lo que había pasado. Ezequiel se había apoyado contra una reja del balcón, que en realidad era una puerta que estaba mal cerrada: se abrió y el chico cayó de espaldas sobre una pasarela de hierro, después sobre un techo de policarbonato y de allí, unos 20 metros a la calle.Sus amigos entraron en pánico. Mientras algunos se comunicaban con el SAME, otros llamaron al ascensor y corrieron a la planta baja."De la nada empezamos a escuchar gritos, que alguien se había caído, pero nunca se me pasó por la cabeza a mí, ni a nadie, que alguien había caído del balcón. Y menos uno de nosotros", contó Franco Sentineo al canal TN. "Nosotros" significa el grupo de amigos que se conocen desde preescolar, cuando empezaron a jugar al fútbol en el club Villa Sahores. Después, algunos siguieron en All Boys y varios de ellos se abrieron paso en el fútbol profesional."Bajamos. Se abrió la puerta del ascensor y lo vimos ahí... Es una imagen que nunca me voy a poder sacar de la cabeza. Fue un momento horrible. Todavía respiraba, se veía cómo se le movía la panza", contó Francisco Risoleo, otro de los amigos."En la desesperación no sabíamos qué hacer, si tocarlo o no. Una de las chicas, con mucha valentía, fue y le hizo RCP para mantenerlo vivo hasta que llegara la ambulancia. Yo trataba de no imaginar lo peor. Él era muy fuerte físicamente, jugando a la pelota siempre nos gana a todos, entonces yo por dentro decía 'por favor, aguantá'", contó el adolescente, que también es futbolista.Ezequiel, según algunos testimonios, cayó sobre un auto y rebotó contra el empedrado de la calle Gutenberg 3571, que bordea la vía del ferrocarril Urquiza. Ayer por la tarde, todavía permanecía la mancha de sangre sobre los adoquines, junto a los...

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