Europa se 'balcaniza': cada vez más regiones buscan su independencia

PARÍS.- En 1940, pocos meses después de iniciada la Segunda Guerra Mundial, Europa asistió al nacimiento oficial del movimiento valón, primera organización independentista moderna del continente.Desde entonces, irrigados por viejas reivindicaciones de identidad, conflictos armados, dictaduras y crisis económicas, otros 58 movimientos y partidos similares germinaron en el espacio europeo. Un territorio cuyos dirigentes curiosamente se esfuerzan desde hace 61 años en orientarse hacia la unión política y económica.Albania, Alemania, Bélgica, Bosnia, Croacia, Dinamarca, España, Francia, Finlandia, Gran Bretaña e Italia cobijan en su seno uno o varios de esos movimientos. Algunos piden la autonomía, otros piden la unión con otro país, la mayoría reclama la independencia. El último de ellos, el Partido Federalista Normando, nació en Francia en 2009.La semana pasada no fue una excepción. En menos de siete días, tres regiones importantes manifestaron sus diferencias y expresaron claramente su anhelo de emancipación.El Parlamento español bloqueó el martes pasado la organización de un referéndum en Cataluña sobre su independencia, aunque las elecciones anticipadas del 25 de noviembre podrían dar una mayoría absoluta a los separatistas de Convergencia y Unión (CiU), que gobierna actualmente con el apoyo de pequeñas formaciones.El domingo pasado, la Nueva Alianza Flamenca (N-VA), que defiende la división de Bélgica, obtuvo un rotundo éxito en las elecciones municipales. Su líder, Bart de Wever, será el próximo alcalde de Amberes, capital de esa rica región de lengua holandesa.Al día siguiente, el jefe del gobierno autónomo de Escocia, el nacionalista Alex Salmond, y el primer ministro británico, David Cameron, firmaron un acuerdo sobre las condiciones de organización en 2014 de un referendo de autodeterminación en Escocia, que podría concluir con el estallido de la unión política con la corona inglesa, después de tres siglos.Si a esos movimientos centrífugos se agrega la autonomía obtenida en España por el País Vasco, la obsesión independentista que habita a la xenófoba Liga del Norte en Italia septentrional o los atentados separatistas que sobresaltan cotidianamente la vida de los pobladores corsos, es fácil imaginar las pasiones que agitan la vida del Viejo Continente. Pasiones inevitablemente atizadas por una crisis económica que no tiene visos de terminar.Para muchos, los brotes cada vez más frecuentes de nacionalismo y de regionalismo demuestran que la gangrena...

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