'Bajábamos senadores, poníamos presidentes'. Fue el cerebro narco del Cartel de Medellín y hoy, arrepentido, cuenta su historia

Jorge Luis Valdés

Su cuerpo estaba paralizado; su mente, más inquieta que nunca. El joven Jorge Luis Valdés estaba de pie frente a los tres autos más lujosos de la concesionaria de Chevrolet de Miami: un Corvette descapotable rojo, uno amarillo y uno azul. Salvo por los colores, los automóviles eran idénticos. Pero pasaban las horas y él no lograba decidir cuál prefería.

-Me llevo los tres -dijo, finalmente.

Los pagó en efectivo, ese mismo día, y se marchó.

Sin siquiera tener la edad legal para poder comprar alcohol, Valdés ya era un jefe narco . A sus 20 años recién cumplidos, el joven de anteojos y brackets estaba a cargo del 95% de la cocaína que ingresaba a Estados Unidos. No solo llevaba las finanzas, también se ocupaba del pago de sobornos de aquel pequeño grupo que años más tarde el gobierno estadounidense denominaría "el Cartel de Medellín".

Jorge Luis Valdés recuerda su vida, marcada por el narcotráfico y el arrepentiemiento

Pero ese fue tan solo el comienzo. Dos años después, con 22, Valdés ya era todo un barón de la droga: movilizaba unos 700 kilos de cocaína por mes, sobornaba a funcionarios de alto rango, incluso presidentes, y ganaba unos 2 millones de dólares al mes. Todo eso sin el más mínimo temor a caer preso. "Aeropuerto al que aterrizábamos, aeropuerto que teníamos comprado. Desde que el avión salía de Colombia hasta que aterrizaba en algún lado, todos los espacios aéreos que cruzaba también los teníamos arreglados", explica el ex narco a LA NACION .

Su historia como jefe narco, sus vínculos con el poder, sus años en prisión y su proceso de arrepentimiento y conversión al catolicismo se mantuvieron ocultos al mundo hasta 2018, cuando, como una manera de liberarse de ese pasado que lo agobiaba, Valdés publicó el libro autobiográfico Cerebro Narco (Logos), que se convirtió rápidamente en best seller. A partir de entonces, el hoy doctor (Phd) en Biblia y Ética y padre de seis hijos empezó a dar conferencias y a contar su vida. "Quería liberarme de este secreto y poner ese pasado atrás, aunque nunca lográs ponerlo del todo atrás", cuenta a LA NACION desde Miami, donde vive una vida sencilla, despojado de todos los millones que supo tener.

Valdés con su Porsche Gemballah personalizado, en los años 80; "Perdí los mejores años de mi vida en una carrera de ratones", afirma en su libro

De niño rico a adolescente pobre

La obsesión que Valdés desarrolló por el dinero solo se entiende cuando se conoce su infancia. Él y sus dos hermanos menores nacieron en Cuba en el seno de una de las familias más acaudaladas de la isla, pero debido a conflictos ideológicos y religiosos con el régimen castrista, sus padres decidieron migrar a los Estados Unidos. Su familia empezó así una nueva vida, completamente distinta. La abundancia a la que estaban acostumbrados fue instantáneamente reemplazada por la carencia absoluta. Jorge Luis, de entonces 10 años, pasó de vivir en una casa amplia y tener una habitación propia a compartir dormitorio con otras nueve personas. Al no saber inglés, su padre, que solía ser un exitoso empresario de La Habana, consiguió trabajo limpiando baños.

El mítico "sueño americano" era más inalcanzable de lo imaginado. José Luis comenzó a trabajar de adolescente para ayudar a mantener el hogar como jardinero y como repartidor de diarios. Al ser el mejor alumno de su clase, también empezó a vender exámenes y trabajos prácticos a sus compañeros...

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