Joan Baez, en el recuerdo de Adolfo Pérez Esquivel

Después de varios años, Joan regresa a la Argentina con sus canciones y caminos recorridos por el mundo de la militancia, acompañando a los pueblos y llevando su luz y solidaridad por la paz y la justicia, a través de la no violencia para alcanzar el derecho y la libertad.

Recorrer el caminar de Joan Baez es recorrer la vida e historia de muchos pueblos, desde muy joven, acompañando a Luther King en su lucha por los derechos civiles con sus hermanos en los Estados Unidos, como en la Marcha sobre Washington.

Joan en su rebeldía, junto a Bob Dylan, convocó multitudes con sus canciones de protestas contra la guerra de Vietnam en las que pedía poner fin al conflicto para alcanzar la paz entre los pueblos, en su país y en el mundo. Esto la convirtió en objetivo de monitoreo por parte del FBI.

Su militancia y lucha la llevó a asumir la resistencia civil y a negarse a pagar impuestos para la guerra contra Vietnam, lo que la llevó a prisión dando sentido a la lucha no violenta, tal como lo hizo Henry Thoreau, quien dijo: "Toda persona amante de la libertad debe ser respetuosa de la ley, pero no toda ley es justa, las leyes injustas deben ser desobedecidas hasta su total nulidad y hay que estar dispuesto a asumir las consecuencias en defensa de la verdad y la justicia, no hacerlo es ser cómplice de las injusticias".

Su incansable militancia y lucha por los derechos civiles y por la vigencia de los derechos humanos la llevaron a transmitir su palabra y sus canciones en el mundo.

Quiero compartir el viaje que Joan Baez realizó a la Argentina en 1981, en plena dictadura militar.

Ella quiso conocerme y nos encontramos en nuestra sede de la calle México y Bolívar, en el barrio de San Telmo, esa vieja casona de 1875, lugar de resistencia contra la dictadura militar. Nos encontramos, pero sabíamos que los servicios de desinteligencia nacional que nos vigilaban tratarían de impedir el encuentro y comenzó la persecución. El gerente del hotel donde se alojaba Joan Baez fue amenazado por el ejército, para que la expulse del hotel, caso contrario tendría una fuerte represalia. Así estuvimos dando vueltas con el coche hasta conseguir otro hotel que la aceptara.

Durante su visita a nuestra sede del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), en la calle México, colocaron una bomba y tuvimos que desalojar la casa de todas las personas que se encontraban y llevar corriendo a Joan a un bar distante para ponerla a salvo.

Llamé a los bomberos que aparecieron con un camión de...

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