El azote de los motochorros

En pleno barrio de Retiro, y por segunda vez en dos años y medio, un conocido periodista fue víctima de motochorros, que en esta oportunidad, al grito y la orden de "¡Dame el reloj o te mato!", la semana pasada le arrebataron el reloj pulsera. Una semana antes, en el barrio de Recoleta, otro periodista fue víctima de tres motochorros, quienes también se llevaron su reloj.

Tan desgraciadamente comunes se han vuelto estos hechos, protagonizados por asaltantes en moto, que ya sólo trascienden a la prensa cuando las víctima son celebridades, como los periodistas nombrados. O, pero aún, cuando los motochorros asesinan, porque si bien generalmente se los asocia con el arrebato, también matan.

Ariel Gómez, de 19 años, fue una de sus víctimas mortales. Volvía de trabajar en Loma Hermosa cuando dos motochorros quisieron robarle. Gómez se resistió e intentó huir, pero no lo logró. Recibió un balazo de uno de los motochorros, que huyó con su cómplice sin concretar el robo, pero Gómez falleció.

Prácticamente no hay vecinos de la Capital y de la provincia de Buenos Aires que no hayan sido víctimas de esta modalidad delictiva o que no conozcan a una víctima. Para el común de los transeúntes, el repentino bramar de una moto a sus espaldas es motivo de máxima alerta y temor, aunque se trate de un honrado motoquero trasladando correspondencia.

En 2010, un proyecto de ley promovido por el macrismo en la Legislatura porteña buscaba prohibir que se circulara de a dos en las motos en un perímetro delimitado por las avenidas Córdoba, Rivadavia, Leandro N. Alem y Carlos Pellegrini.

El proyecto, además, obligaba a los motociclistas a vestir un chaleco reflectivo con el número de patente del...

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