En Avenida Alvear. Entramos a Residencia Llobet, la mansión icónica de Recoleta que recuperó su esplendor

La fachada actual de la residencia Llobet es, tras su restauración, del mismo color y con las mismas características que la que tenía cuando se levantó, en 1905

La avenida Alvear , posiblemente la más elegante de la ciudad de Buenos Aires, cuenta en su trazado con algunas residencias y mansiones que dan testimonio de sus tiempos de mayor esplendor. El palacio Ortiz Basualdo, la reisdencia Duhau y el Palacio Maguire son algunos de ellos. Ahora, otro ícono arquitectónico de esa avenida, que estuvo abandonado durante los últimos diez años, gracias a una completa puesta en valor, vuelve a alcanzar los fastos de antaño. Se trata de la residencia Llobet , ubicada en Alvear al 1700, que vuelve a abrir sus puertas para deslumbrar a sus visitantes. Una imagen de la residencia Llobet del año 1907, cuando aún no estaba rodeada de edificios

La residencia Llobet nació a principios del siglo XX como un palacete de tres plantas y una distinguida fachada que era la muestra de la aspiración por el lujo de parte de la sociedad porteña de entonces. Todos los registros históricos y genealógicos dan por resultado que el dueño del palacete sobre la avenida Alvear sería José Miguel Llobet, nacido en Buenos Aires en 1869. El hombre se destacó en la diplomacia argentina, especialmente a comienzos de los años ‘40, en la presidencia de Roberto Marcelino Ortiz , cuando fue nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Argentina ante la Santa Sede, en tiempos del Papa Pío XII, que lo recibió con una cálida carta que aún se conserva en los registros vaticanos. Antes también había ejercido como Cónsul General en Francia, donde creó la Cámara de Comercio Argentina en París y embajador en los Países Bajos y en Hungría.

Llobet contrajo matrimonio en 1894 con Susana María del Pilar Casares Martínez de Hoz en la Basílica Nuestra Señora del Socorro, en Retiro, y unos años después, ambos encontrarían su lugar en el mundo en la residencia que hoy renace otra vez sobre la avenida Alvear. Eran tiempos en que las clases sociales ascendentes necesitaban dar muestras claras de su progreso económico y a la vez, la aristocracia debía reafirmar su carácter de tal. Entonces, en uno u otro caso, las casas se hacían a lo grande, con tendencia a la ostentación y con la participación en sus diseños de profesionales con estudios en el extranjero. Otra imagen de la fachada de la Residencia Llobet, en la década de 2010

Así, la creación de esta mansión se remonta a los años 1904 y 1905, cuando Llobet encargó su vivienda familiar al ingeniero y arquitecto uruguayo Arturo Prins -el que proyectó la actual Facultad de Ingeniería de la avenida Las Heras- y a su colega austríaco Oscar Ranzenhover, según lo que informa la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y de Bienes Históricos.

Otra vez apelando a los registros genealógicos, tarea realizada con la invaluable colaboración del historiador Eduardo Lázzari , pudo establecerse otra...

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