La ausencia de puestos se nota a simple vista

La información oficial que muestra una caída de la cantidad de controles de alcoholemia en 2015 confirma la percepción de los vecinos y de quienes llegan a la Capital en busca de diversión nocturna: existe coincidencia sobre la desaparición de postas (el gobierno porteño explica que no desaparecieron, sino que dejaron de ser fijas y rotan de lugar) y sobre la escasez de tests.

De cualquier manera, la mayoría de las personas consultadas expresaron poca preocupación por los controles de alcoholemia. La situación respalda las denuncias de los expertos acerca de que no hay conciencia del riesgo de mezclar consumo de alcohol con la conducción de vehículos, especialmente entre los jóvenes.

"Ya sabemos dónde están los controles y buscamos caminos alternativo", dijo Misha Goldenberger, vecina de la zona norte del conurbano que habitualmente cruza a la Capital de noche con amigos. Palermo es el barrio por el que más se mueven.

"Es cierto que últimamente hay menos controles, e incluso dejaron de estar en lugares donde siempre estaban. Por ejemplo, en General Paz y Libertador, y en General Paz y Cabildo", sostuvo.

Al consultarle si en su grupo tienen la costumbre de designar un conductor responsable, es decir, un miembro que intencionalmente no beba para poder manejar, la joven, de 31 años, respondió: "En general todos bebemos, pero el que maneja bebe poco".

Y recordó que sólo una vez fueron detenidos por un control de alcoholemia...

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