Aunque llueva platita, Juancito tampoco aprenderá a leer

Hace pocos días, una autoridad de la Dirección General de Escuelas de Mendoza, en una visita a un aula vivió en un séptimo grado de primaria una experiencia para analizar. Los chicos le contaron con orgullo que "Juancito" (tomemos ese nombre de fantasía para una anécdota real) "ahora leía". Al averiguar se encontró con el caso de un chico que por razones familiares había hecho los seis años anteriores siempre en escuelas distintas. Proviene de una familiar con dificultades socioeconómicas, sumergida en el estancamiento económico del país que lleva más de doce años. En este nuevo establecimiento habían tomado el toro por las astas y Juancito fue acompañado en su trayectoria por el programa de alfabetización provincial. Pasó de leer 7 palabras por minuto a 55 en el reciente censo de fluidez lectora. En su nivel escolar, menos de 85 palabras es crítico y lo básico serían 115 leídas por minuto.

Juancito, merced a un sistema estatal nominal, digital, en tiempo real, está siendo seguido en el cumplimiento de su derecho de aprender a leer. Tiene muchas chances de lograrlo. Algunos datos complementarios: tuvo 80% de asistencia promedio en los años cursados, lo cual se considera un nivel medio y en los seis años anteriores había obtenido 10 en Lengua en su libreta. Un ejemplo modélico de lo que Guillermina Tiramonti ha llamado el "simulacro educativo" y que ella ha caracterizado aludiendo al "síndrome de Carlitos Tevez", quien pasó ocho años por la escuela sin aprender a leer y por supuesto sin comprender lo que leía. Es, por desgracia, la situación de centenas de miles de chicos argentinos. La gran mayoría de Juancitos desertará del sistema educativo habiendo sido estafados. Algunos hasta egresarán si tienen la mala suerte de pasar por escuelas "pobristas", que en vez de ensañarles se apiadan de ellos. La piedad consiste en aprobarlos sin que aprendan casi nada para "no discriminarlos".

Los Juancitos de la vida son los que explican por qué hay tantas resistencias de ciertos sectores, sobre todo sindicales pero también políticos, de evaluar . Porque quedan a la luz los resultados de un sistema que estafa a una buena porción de la población, en especial a la más desprotegida. Y lo viene haciendo hace muchos años, veinte por lo menos, si no más. En este contexto, que queda en evidencia en los malos resultados cada vez que se hacen evaluaciones, hoy en el Congreso se debate una nueva Ley de Financiamiento Educativo. Propone subir del 6% del PBI actual...

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