'Este aún está muy blando': la macabra verdad que se escondía en los pasillos de una universidad

Se cumplieron 30 años de la matanza de Unilibre

*Por Matías García Acudelo

Ya era sábado de Carnaval. Mientras Barranquilla estaba de fiesta, Ómar Enrique Hernández López se escapaba la muerte. No era un personaje carnavalesco, era la misma muerte . El reciclador, con un brazo roto y con la cabeza llena de sangre, llegó en la madrugada del 29 de febrero de 1992 a un puesto de la policía al grito de que en la Universidad Libre (Unilibre) intentaron asesinarlo .

Estaba agitado, ya que había corrido corrió por varios minutos como si su vida dependiera de eso. Sin aliento agregó que se le escapó a la muerte, que en cuatro días iba a ir por Joselito. Con una herida de bala y un brazo roto, sin saber muy bien lo que decía, les contó a los policías que había ingresado a la institución en busca de material reciclable, por invitación de los vigilantes. Fue conducido por los pasillos hasta llegar a las inmediaciones del anfiteatro y allí fue atacado.

Era difícil de creer teniendo en cuenta la apariencia de Hernández, quien tenía 24 años. Podría tratarse de un loco. Pero ante la insistencia, un oficial decidió acompañarlo hasta la universidad, en el cruce de la ruta 46 con la calle 48.

Intentaron ingresar al lugar para buscar los supuestos cadáveres, pero los vigilantes, quienes tenían una actitud sospechosa, lo impidieron. Esto llamó la atención del policía, quien pidió refuerzos para entrar. Fue así como el mismo día en que los barranquilleros iban a comenzar a disfrutar de su carnaval se enteraron de una de las matanzas más atroces en la historia de la ciudad.

Un carnaval manchado por la matanza

En un rincón de la sede de Medicina Legal de Barranquilla están los rostros de 11 personas elaborados con yeso. Son las víctimas de lo que se conoce como la matanza de Unilibre . Fueron elaborados durante dos años por profesionales de la entidad con el propósito de aportar al esclarecimiento de los hechos, así como para identificar a los asesinados, que fueron encontrados gracias a la "loca" denuncia de Hernández López, que terminó siendo cierta.

Ómar Enrique Hernández López, sobreviviente de la matanza de Unilibre, en Barranquilla

Ese sábado, en la ciudad estaban listos para gozar. Se habían despertado con toda la energía para disfrutar de la Batalla de Flores, pero, al contrario de lo que habitualmente sucede en épocas de carnaval, las noticias no hablaban de la fiesta.

En la radio solo se hablaba del hallazgo de cadáveres en la Universidad Libre. Pero no se trataba de los...

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