La audacia de imaginar lo imposible

CAMBRIDGE, Estados Unidos (De una enviada especial).- Algunos de los avances más asombrosos que emergieron y están emergiendo de los laboratorios del MIT fueron posibles gracias a una cultura que impulsa abiertamente la transdisciplinariedad, la transferencia tecnológica y la audacia de imaginar lo imposible.Seguramente, Tod Machover, director del Programa de Opera del Futuro del Media Lab, y Ed Boyden, profesor de ingeniería biológica y ciencias cognitivas, son dos de los ejemplos más ilustrativos de este estilo que fomenta la creatividad y empuja enseguida a poner manos a la obra para transformar los sueños en realidad.Machover, hijo de una pianista clásica y maestra de música, y de uno de los pioneros de la computación gráfica, llegó al Laboratorio de Medios del MIT después de formarse como chelista en la Juilliard School, de Nueva York."Después de escuchar el disco de los Beatles La banda del club de corazones solitarios del s argento Pepper, pensé que la tecnología tenía que servir más que para utilizarse en un estudio de grabación", afirmó. Ese deseo lo llevó no sólo a inventar nuevos instrumentos y nuevas formas de tocarlos (como un arco de chelo con cables y conexiones que permiten introducir nuevas vibraciones y modulaciones en las partituras, o pelotas que, según como las aprietan los chicos, producen...

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