En 2001, entre atentados y burbujas político-financieras

Fernando Dominguez La NaciónEn noviembre de 2001 hacía ya dos meses que el mundo había cambiado irremediablemente. El 11 de Septiembre habían caído las Torres Gemelas de Nueva York y un ala del Pentágono había sufrido graves daños, estrellados contra ellos sendos aviones secuestrados por extremistas islámicos suicidas.La Argentina, mientras, sufría el creciente deterioro de su situación política, económica, financiera y social, que desembocaría en la caída del gobierno de la Alianza, el paso de un mandatario interino tras otro y el fin de la convertibilidad entre dólar y peso. En ese contexto, el país llevaba adelante su censo de población.La Iglesia criticaba la situación de "corrupción generalizada". Y hasta la naturaleza parecía haberse puesto en contra. La pampa húmeda estaba bajo el agua, con un millón de hectáreas inundadas en Buenos Aires, La Pampa y en el sur de Santa Fe y Córdoba.Mientras Racing Club daba un paso más hacia el ansiado título, tras una "sequía" de 35 años, las cuentas del Estado, como las de la gente, no cerraban. Las deudas con los docentes, precisamente, pusieron en peligro la realización del relevamiento: la Ctera ponía contra la pared al gobierno de Fernando de la Rúa, con la amenaza de quitar colaboración ante la falta de pago del incentivo docente.Domingo Cavallo, padre de la convertibilidad que había garantizado ocho años de gobierno a Carlos Menem, era ministro de Economía de un presidente radical y gestionaba ante el FMI un salvataje. Por esos días, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O'Neill, elogiaba el programa argentino de reestructuración de deuda y señalaba que la situación era "bastante alentadora".De la Rúa se había reunido con el presidente de los Estados...