La señora, entre el ataque y los nervios

Cristina Kirchner expuso ayer, con gran sinceridad, el enojo que le provoca la movilización convocada para hoy por Hugo Moyano. Rechazó que el aumento del mínimo no imponible de Ganancias, bandera de esa marcha, fuera algo razonable. Dijo que el paro era extorsivo. Y anunció que retirará la seguridad de la Plaza, en un intento de desalentar la participación. Un nerviosismo que obliga a pensar en Almodóvar.Un colaborador de la Presidenta lo expresa así: "La única forma de desmontar este conflicto es que ella lo gane. Apelará a todos los recursos. No quiere negociar. Está convencida de que Moyano lanzó una jugada destituyente".A pesar del sesgo conspirativo con el que contamina sus hipótesis, la señora de Kirchner está en lo cierto. La principal dimensión de la concentración del camionero no es sindical, sino política. Allí radica su potencialidad. Allí radica su riesgo. Moyano se ha convertido en un instrumento de usos múltiples para distintos sectores de la vida pública. Ese rol requiere un nivel de reflexión y plasticidad que él todavía no ha demostrado poseer. El secretario general de la CGT cumple ese papel porque el sistema político sigue en crisis. Una parte de la sociedad está disconforme con Cristina Kirchner, pero carece de un canal para expresar ese malestar. Los representantes del disenso no consiguieron más que el 17% de los votos en las últimas elecciones. Más aún: la imagen de la Presidenta cayó del 70 al 45% en un semestre, pero ningún dirigente se beneficia con ese deterioro.La exaltación del camionero es un síntoma de esa patología. Muchos de los que hoy irán a la plaza ven en Moyano un poder fáctico capaz de limitar la voluntad del que manda. Algunos de ellos hace poco se preguntaban cómo haría la Presidenta para encuadrar al camionero. Hoy se preguntan si el camionero podrá encuadrar a la Presidenta. El facilita la tarea. El reclamo por la mejora del salario es pasión de multitudes. Aun así, la sociedad política se reencuentra con una vieja trampa: la de depender del peronismo para ejercer, al mismo tiempo, el gobierno y la oposición.Esta manipulación de la figura de Moyano tiene expresiones específicas que enfadan al Gobierno. Una de ellas es la prodigiosa mejoría del vínculo entre el camionero y el Grupo Clarín. El kirchnerismo se propuso acorralar a esa empresa sirviéndose de recursos pestilentes, como el uso faccioso de la causa de los derechos humanos. Sin embargo, cuando advierte cómo la cobertura del "monopolio" ha estilizado la...

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