Asisten a poblaciones rurales para que tengan agua segura

"Nunca habíamos vivido una sequía tan larga. Duró siete años, se secó todo", cuenta Miriam Vilcay, del paraje Los Socavones, una comunidad rural integrada por 30 familias a 150 km de Córdoba capital. "Usábamos el agua a cuentagotas y llegó un momento en que no teníamos ni para bañarnos. Lo sufrimos bastante y la naturaleza nos hizo aprender muchas cosas", asegura esta mujer de 50 años, de pelo negro y tez morena.

"Aprendimos que el agua es un recurso que hay que cuidar y, además, un derecho -agrega-. Porque sin agua no podés vivir, no podés producir, no tenés salud. Primero hay que luchar para tenerla; segundo, hay que cuidarla, y tercero, contra viento y marea, hay que protegerla."

La sequía, que duró hasta 2013, afectó seriamente a Los Socavones, donde muchos de los residentes se dedican a la cría de cabras, ovejas y cerdos, elaboran dulces artesanales o se alimentan de lo que producen en sus huertas. "Teníamos que reorganizarnos -explica Miriam-. La mamá que hacía dulces se quedó sin frutales. La que tenía lechuga, ya no la podía cultivar. Acá, un cabrito es igual a un par de zapatillas para tu hijo. Tenés que criar un animal para sobrevivir. Que los animales se murieran significaba aguantar la pobreza."

Frente a la imposibilidad de acceder a agua segura, algo que padecen más de 100.000 hogares rurales en nuestro país, Miriam pudo contar con la ayuda de Fundación Plurales, que, desde 2001, fomenta el desarrollo regional y sustentable. Eso le permitió incorporarse a uno de los proyectos que le cambiaron la vida a su comunidad: la construcción de cisternas, un sistema de captación de agua de lluvia que posibilita el almacenamiento de agua precipitada para utilizar más adelante.

La fundación ya está construyendo 100 cisternas (una por familia) en once comunidades del norte de Córdoba y 30 en Santiago del Estero.

El proyecto, que es parte del Programa SedCero y la campaña Unidos por el Agua, aporta los materiales de construcción, las herramientas y un albañil. Cada familia cava el pozo, participa en la construcción y consigue ayudantes para la obra. Esto también crea lazos comunitarios.

"En Socavones estamos viviendo una revolución. Prácticamente todos...

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