Francisco de Asís, el santo modesto que inspiró a Bergoglio

ROMA.– http://www.lanacion.com.ar/1564171-cristina-kirchner-llego-a-roma-para-reunirse-con-el-papa-franciscoy así realizarás lo imposible sin darte cuenta", solía predicar San Francisco de Asís, ese símbolo de la humildad y la modestia, http://www.lanacion.com.ar/jorge-bergoglio-el-nuevo-papa-t49071y reconocido en el mundo como el defensor de los pobres.Esa frase y la trayectoria del "santo de los pobres" explica las razones que indujeron a Jorge Mario Bergoglio a escoger el nombre de Francisco cuando los otros 114 cardenales lo eligieron como 266° pontífice de la Iglesia. En los últimos días, el Papa explicó por qué motivos decidió colocarse bajo la advocación de San Francisco de Asís: por su defensa de los pobres y porque es símbolo de la paz, que son los dos aspectos sobresalientes de su vida.Cuando nació, en 1182, su madre quería llamarlo Juan. Pero su padre, de regreso de un viaje a Francia, decidió llamarlo Francisco (francés). Tan grande fue su notoriedad durante su vida, que incluso terminó perdiendo su apellido, Bernardone. Se transformó en Francisco de Asís, poniendo en el mapa a la pequeña ciudad del centro de Italia que lo vio nacer. Aún hoy su nombre evoca un arte de vivir y una forma especial de ser cristiano. Francisco favoreció el renacimiento de la vida evangélica en la dura historia de los hombres.Gracias a su padre, un rico comerciante, descubrió de muy joven el valor del dinero. Pero lo usó más para satisfacer sus propios placeres que para responder a las necesidades de la multitud de pobres que inundaban las calles de su ciudad natal. Llegó incluso a dejarse llevar por un repentino deseo de promoción social y, soñando con ser caballero, se alistó en el ejército. Su sueño concluyó cuando cayó gravemente enfermo y fue encerrado en una prisión, junto con sus compañeros de aventura.Dicen que regresó a Asís diferente, maduro. Y que fue entonces cuando descubrió la bondad de Dios. Sus ojos se abrieron y fue capaz de ver el mundo de otra manera. La nueva sociedad, que se pretendía libre e igualitaria, también tenía sus excluidos: los pobres, los leprosos, los simples.Un pasaje del Evangelio terminó por darle la respuesta definitiva: debía pasar su existencia amando a toda la creación. Entonces transformó su vida: rompió con su familia, hizo votos de pobreza y se lanzó a los caminos. Despojándose de su camisa, de sus alforjas y de su manto, los entregó a su padre diciéndole: "Hasta ahora he sido el hijo de Pedro Bernardone. De hoy en adelante...

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