Asesinos. El cazador de estudiantes que se convirtió en un caso de estudio para los expertos en mentes criminales

Edmund Emil Kemper, en una foto policial de 1973

La suya fue una de las primeras "mentes homicidas" que decodificaron John E. Douglas y Robert Kenneth Ressler, los perfiladores criminales de la Unidad de Análisis del Comportamiento del FBI que buscaba descifrar el modus operandi de los asesinos "cazadores" que aterrorizaban a la sociedad norteamericana en los años 70. Y Ed Kemper estuvo a la altura de lo que se esperaba.

Los mindhunters se encontraron con un sujeto sumamente manipulador, astuto, con control de la situación y consciente del miedo que provocaba su imponente aspecto físico. Después de pedirles estampillas para mandar cartas, les contó: " No he encontrado un diagnóstico que se ajuste a mí en el Manual de Trastornos Mentales… estimo que para la sexta o séptima edición la ciencia recién podría llegar a dar con el diagnóstico correcto ". Era egocéntrico, soberbio y bestial . Tenía un coeficiente intelectual elevadísimo, memoria fotográfica y carecía de escrúpulos .

Les contó, incluso, cómo había logrado engañar a un comisario que se había dado cuenta de la presencia de un orificio de bala y había revisado su auto, asociando su nombre a la muerte de sus abuelos -a los que él mismo había asesinado cuando no era más que un adolescente -, a pesar de que ese doble crimen había sido eliminado de su registro de antecedentes. Disfrutaba de compartir con los investigadores algunos de los "trofeos" de los ataques, incluidas prendas o sábanas con sangre.

Ed Kemper, entrevistado en la cárcel por los perfiladores e investigadores de la mente criminal Robert Ressler y John Douglas

En su libro Asesinos en Serie, Ressler contó que tuvo una tercera entrevista de cuatro horas con él, a solas en la celda frente al "corredor de la muerte", donde se les da la última bendición a quienes serán ejecutados. Cuando dio por concluida la entrevista, apretó el timbre para que un guardia le abriera la puerta, pero no obtenía respuesta. Impertérrito, Kemper le dijo: "Tranquilo, están cambiando de turno y dando la comida a los que están en zonas de seguridad… puede que tarden 15 minutos en venir por ti" . Se puso de pie, con sus 2.06 metros y 136 kilos, y le dijo:

- Si ahora se me cruzaran los cables, ¿no te parece que lo pasarías mal? Te podría arrancar la cabeza y ponerla sobre la mesa para que el guardia la viera al entrar ...

Ressler respondió: "Si me hacés algo, te meterías en serios problemas". Pero Ed, consciente del terror psicológico que irradiaba, redobló la apuesta:

- ¿Qué me pueden hacer?, ¿impedirme ver la tele?

El perfilador, a esa altura un reconocido experto en negociación de situaciones con rehenes y en investigación de asesinos seriales, hizo lo que sabía hacer: habló y habló para...

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