Arruabarrena, ante su momento más complicado

Se le escurre entre los dedos. Boca parece estar desbordándolo. El famoso universo xeneize que se fagocitó a tantos parece estar haciendo nuevamente su trabajo, ahora con Rodolfo Arruabarrena. Hoy, la pregunta es si haberse criado en la casa le alcanza para capear el temporal. Logró bajar las tensiones, es real, le dio una impronta diferente al equipo después de la frustrada tercera experiencia de Carlos Bianchi, es cierto, pero no parece permitirle sostener este momento de tensión. Arruabarrena está confundido, algo aturdido y camina por un terreno resbaladizo. El entrenador conoce el contexto, sabe lo que pesa la eliminación con River y también lo que implica haberse caído de la cima del certamen. Siente sobre su cabeza la mirada celosa de un cuerpo de dirigentes que ve cómo se resquebraja una estructura. Algunas determinaciones que tomó y las que no, son las que hoy ponen al Vasco ante un escenario que hace 18 días parecía inimaginable.

La caída de anteanoche frente a Vélez fue un golpe más, pero no uno definitivo. Sí es verdad que el sopapo en Liniers expuso mucho más al DT de Boca. Lo que explotó tras la eliminación con River y que todavía lastima la confianza del plantel, deja a la luz las imperfecciones. Lo que se advierte desde la conducción del club es que el técnico terminó enredado en su propio círculo de confianza. La cercanía que creó con los jugadores terminó por coartarlo a la hora de las decisiones importantes. El berrinche de Osvaldo en el vestuario del Monumental, por no haber jugado el primer clásico de la Copa ante River, pesa en esta historia, porque allí quedó golpeada la autoridad de la cabeza del grupo. De la misma manera que no gustó para nada entre los dirigentes cómo quedó en evidencia el técnico en la Bombonera cuando intentó arrear a sus jugadores para salir de la cancha en medio del escándalo ante los millonarios. Y mucho menos que sus futbolistas le dieran la espalda. Así como no cayó bien que en San Juan, uno de los referentes del grupo haya tenido un muy mal trato con un alto dirigente por no haber conseguido un vuelo chárter. El cuerpo técnico miró sin intervenir y sin bajar una línea de respeto por la autoridad de la delegación.

No son las únicas cuestiones que pesan sobre Arruabarrena, porque se le cuestiona, aunque en silencio, la falta de definición por un equipo titular. No utilizar a algunos futbolistas por los que Boca gastó mucho dinero también es otro grano que se le advierte. Dejar a Osvaldo, por...

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