Una empresa que arrastra deficiencias estructurales

Si la Argentina tuviese una oposición con voz arrolladora, Julio De Vido podría haberse esgrimido ayer en el más importante de los voceros. El ministro de Planificación Federal se apropió de todos los argumentos que usaban hasta hace pocas horas quienes critican la gestión estatal en http://www.lanacion.com.ar/1424629-lo-que-oculta-el-caso-aerolineasy Austral. Sólo que esta vez los tomó para contar lo mal que estaba la empresa y lo bien que avanzaría si se ejecutan esos cambios.El Gobierno no hizo más que reconocer que lahttp://www.lanacion.com.ar/1425237-perez-tamayo-los-problemas-de-aerolineas-son-de-gestion-no-de-volar-mas-o-menosaérea de bandera no tiene un camino seguro si todo sigue como está ahora. Reconoció que el problema gremial es grave; que no se puede seguir sumando aviones de diferentes marcas y modelos; que pierde dinero, y mucho, en los destinos internacionales; que el camino es hacer una empresa con una ecuación económica sustentable o que los envuelve el estigma de ser la empresa aérea del mundo que tiene menos horas de vuelo por empleado, entre otras muchas cuestiones.No está mal reconocer la realidad, más bien todo lo contrario. Lo que se olvidó de decir De Vido es que gran parte de las dolencias del enfermo fueron causadas por el propio Gobierno que administra la compañía desde 2008 y que desde mucho antes sabía de los problemas estructurales que inundaban la vida de la empresa.Es verdad que Aerolíneas y Austral tienen una variada y poco eficiente flota de aviones y que aviones de distintos fabricantes generan un costo enorme. Pero también es verdad que fue esta administración, que comparten De Vido; el gerente general,http://www.lanacion.com.ar/1424823-el-rompecabezas-sindical-que-complica-a-recalde-en-aerolineas, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, la que optó por traer 20 aviones de una marca ?Embraer? que jamás había volado en el país. Es verdad que la consolidación de flotas en un par de fabricantes es el camino que eligen las compañías serias, pero no fueron otros que De Vido, Schiavi y Recalde quienes compraron los Embraer aun sabiendo que no iban a tener pilotos capacitados para volarlos.Sólo basta mirar los números para ver con crudeza la baja productividad de los empleados de la empresa, que dicho sea de paso tienen sueldos de elite. Aerolíneas...

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