Argentinos en el exterior

Buenos Aires es una de las plazas teatrales con mayor profusión de espectáculos para chicos en el mundo, pero permanece aislada de lo que ocurre en el género infantil en el resto del mundo. Y no es que falten cabeceras de puente que podrían generar intercambios fructíferos. Varios elencos porteños salen de gira internacional -Omar Álvarez Títeres, La Pipetuá, La Galera Encantada- a latitudes tan disímiles como las de España, China, la India, Honduras o Singapur. Pero es poco lo que llega de retorno a nuestros escenarios. En los últimos años apenas la interesante puesta de La niña, el diablo y el molino en el Recoleta dirigida por Olivier Py, el director del Festival de Avignon; el breve paso de Sergio Dantí, el cantautor argentino radicado en Barcelona, y ahora la visita de titiriteros de España, Portugal y Suiza programada en Pan y Arte.

Dantí volverá probablemente en junio, permitiendo así el rescate para las generaciones actuales de la infancia de un artista que brillara con pequeñas joyas musicales en tiempos de niñez de quienes ahora son padres o incluso abuelos. Hay otros artistas que se han afirmado como referentes de la escena infantil en otros países. Es el caso de Claudio Hochman, quien dirigió en Buenos Aires en los años 80 y 90 notables puestas de obras de Shakespeare, Molière y otros clásicos como su recordado Cyrano, con máscaras, en el Teatro San Martín. Justamente el éxito de Cyrano lo llevó a salir de gira y recalar finalmente en Portugal, donde dirige teatro y ópera desde hace ahora veinte años. Una versión suya de Caperucita Roja acaba de ganar el premio al mejor texto en el Festival Feten de Gijón, en España. Pero salvo breves participaciones con talleres de puesta en escena en el Festival para Gente Chica en Abasto nunca volvió a dirigir en Buenos Aires. "Si no sos Gardel, es muy difícil...